A partir del 5 de enero, la oposición agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) encarará el desafío de presentar al Gobierno un conjunto de leyes que reviertan la situación de escasez y desabastecimiento agudizada durante 2015. En lo inmediato intentará promulgar con su mayoría cualificada una ley para liberar a los presos políticos y facilitar el regreso de los exiliados a Venezuela. Pero no está claro con qué proyectos deberá continuar su gestión.<br /> <br /> En una conversación con EL PAÍS durante la madrugada del lunes, en medio de una recatada celebración posterior al anuncio de los resultados, el secretario ejecutivo de la MUD, Jesús Torrealba, dijo que debían prepararse para asumir un reto que trascienda a este primer proyecto consensuado. “Estamos preocupados por el nivel del inventario de los alimentos o de la gasolina durante el mes de diciembre. Debemos prepararnos para legislar el drama económico legado por el Gobierno”, dijo.<br /> <br /> Torrealba considera que es necesario devolverle la autonomía al Banco Central de Venezuela (BCV). Hace diez años, el difunto presidente Hugo Chávez pidió al Parlamento que estableciera en una ley el concepto de reservas excedentarias, que permitía al Ejecutivo disponer del dinero sobrante una vez alcanzado un tope establecido por él mismo. “En la práctica el BCV se ha convertido en una oficina de imprenta de dinero inorgánico. Debemos hacer una reforma a la ley que lo regula para recuperar el valor de la moneda”, explica.<br /> <br /> Pero la MUD también debe preparase, según Torrealba, para asumir un reto mayor. Para nadie es un secreto las amplias diferencias sobre la naturaleza del gobierno que tiene la nueva mayoría. <br /> <br /> Torrealba ha sabido cabalgar esa disputa y quiere dejar claro que está dispuesto a dejar su cargo y promover una reestructuración de la MUD. “Tenemos que repensarnos para legislar”, advierte.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Cuatro grandes corrientes</span><br /> <span style="color: #333333;">La oposición tiene otros desafíos clave para mantenerse unida. La alianza está integrada por varios partidos, pero cuatro formaciones son las llamadas a constituirse en los grupos con más parlamentarios. Entre Primero Justicia, el partido del excandidato presidencial </span>Henrique Capriles<span style="color: #333333;">; Voluntad Popular, la perseguida formación del líder encarcelado </span>Leopoldo López<span style="color: #333333;">; Acción Democrática, la histórica formación socialdemócrata que gobernó en varios periodos entre 1958 y 1993, y Un Nuevo Tiempo, del excandidato presidencial Manuel Rosales, deberán formular reglas claras para rotarse durante los cinco años que durará el periodo legislativo que comienza en enero.</span><br /> <br /> Los 112 escaños logrados por la MUD según Henrique Capriles, superan todos los pronósticos de campaña, con estos la oposición estaría capacitada para sancionar en la Cámara leyes orgánicas o para modificarlas. Buena parte de la arquitectura legal que soporta la llamada revolución bolivariana está apoyada en esas normas. Pero desde ya se anticipa una batalla inédita entre los poderes. La Constitución aprobada en 1999 por el chavismo faculta a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia “para que se pronuncie acerca de la constitucionalidad del carácter orgánico” de las propuestas.<br /> <br /> <br /> <span style="font-weight: bold; font-size: 6pt;">Artículo originalmente publicado por: elpais.com</span>