<span id="docs-internal-guid-45085fb8-add6-8ea3-73d3-a3b3abcc1e6b"><br /> </span><span id="docs-internal-guid-45085fb8-add6-8ea3-73d3-a3b3abcc1e6b" style="background-color: transparent; color: #000000;">En el informe correspondiente a 2013, la Directora regional de la OIT confirmó que, incluso con algunos avances, “… en América Latina el panorama laboral es motivo de preocupación”; no lo es menos la desigualdad que se evidencia en estudios que dejan claro una problemática persistente: la mujer sigue siendo relegada, las posibilidades de obtener un trabajo formal y remunerado en condiciones semejantes a los hombres todavía una realidad lejana. <br /> <br /> Aún cuando los avances que se han dado en temas de igualdad de género son evidentes y cada vez hay más movimientos, políticas y prácticas a favor de las mujeres; persisten las desventajas. Bien puede plantearse como propio de esta situación el que el 64% de los cargos de liderazgo “senior” entre las empresas evaluadas, en el país, está ocupado por hombres y solo un 10% de los cargos de Dirección General están en manos de una mujer. Información que no sorprende por su novedad sino por su persistencia, valga recordar el último censo donde los resultados dejaban ver que para 2010 aún en campos de actividad como servicios sociales y salud, donde la presencia femenina es mayor y donde existe casi el doble de mujeres que de hombres con un nivel de formación superior mayoritaria (49.455 mujeres frente a 27.514 hombres), dejaba como dato inquietante el 72% de cargos directivos constituido por hombres.<br /> <br /> ¿Qué perciben las mujeres profesionales a este respecto, confirman lo que establecen los estudios? ¿Dónde se evidencian mayores cuestionamientos?<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Frente a los líderes:</span><br /> <br /> La mujeres profesionales tienen una percepción menos favorable que la de los hombres en lo que respecta a la comunicación que se establece con sus líderes. Una diferencia de 6,04 puntos porcentuales, en la apreciación positiva, evidencia cuestionamiento frente a la manera como se comparte información considerada relevante, entre estas las expectativas del líder. De igual manera, son evidentes inquietudes referidas a la competencia del líder para asignar tareas y coordinar a las personas.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Frente a la empresa:</span><br /> <br /> Así como la participación de las mujeres en el trabajo ha crecido de forma significativa, también la insatisfacción que puede representar para muchas un alto costo en su vida personal. Un reflejo de ello su percepción positiva sobre la capacidad de conciliar su vida personal con su vida laboral, que es en promedio, 8,4 puntos porcentuales más baja que la de los hombres. Esto podría estar explicado en las exigencias propias de la maternidad, su rol como formadoras, o el peso de la tradición que todavía le deja mas labores domésticas a su cargo. A este respecto no hay que perder de vista que cada vez son más las mujeres que han debido asumir toda la responsabilidad en su unidad familiar. <br /> <br /> Las iniciativas más frecuentes a este respecto, en empresas que se preocupan por contrarrestar este tipo de impactos, suelen recurrir a prácticas relacionadas con la flexibilidad horaria, el trabajo de medio tiempo, el trabajo desde casa, una mejor coordinación de tareas y responsabilidades acorde a los recursos humanos y técnicos disponibles, con el fin de propender por la sostenibilidad desde el bienestar de los colaboradores.<br /> <br /> Sin duda se constituye en un llamado de atención un hallazgo reiterativo, el que temas referidos a la imparcialidad en el lugar de trabajo, sean percibidos por las mujeres de manera coincidente, mas allá de la formación académica, el grupo etario u otro tipo de segmentación, como el tema central más cuestionado. El trato justo independientemente del género llega incluso, para el caso de las mujeres profesionales que trabajan en empresas públicas, a estar por debajo 21,15 puntos porcentuales cuando se compara con la percepción positiva que tienen su contraparte hombres profesionales laborando con ellas. Resuena como una realidad a gestionar en lo público y lo privado!<br /> <br /> El contexto histórico que alude una desigualdad entre géneros marcada, desde las posibilidades de participación política hasta posiciones relegadas por dependencia económica, podría seguir impactando las posiciones que hoy en día asumen las mujeres. Sin embargo no se debe desconocer que el mercado laboral sigue siendo riguroso con ellas (¡todavía les preguntan en las entrevistas de trabajo si piensan tener hijos!) y las excluye con rapidez. <br /> <br /> El reto está planteado: Se requiere cerrar la brecha en aspectos como la equidad en la remuneración, favoritismo, oportunidades para recibir un reconocimiento especial y mayor autonomía, para seguir abonando a una nación más equitativa.<br /> <br /> Sin tener que entrar en el terreno de la discriminación positiva es evidente que los líderes empresariales deben tener muy presente esta realidad para promover la instrumentación de iniciativas que mitiguen las razones objetivas y subjetivas que motivan dicha desigualdad. No hay razón alguna para creer que esto será siempre y las mejores empresas para trabajar en Ecuador así lo demuestran. <br /> <br /> </span><span id="docs-internal-guid-45085fb8-add6-8ea3-73d3-a3b3abcc1e6b" style="background-color: transparent; color: #000000; font-size: 8pt; font-weight: bold;">Ficha técnica: - Great Place toWork® se basa en la opinión de 34.164 mujeres contrastada con la de 61.297 hombres, que trabajan para empresas con presencia en el país. Se identifican las diferencias estadísticamente significativas con un nivel de confiabilidad estadística de 95%.</span><br /> <br />