No obstante, después de varios años de baja rentabilidad e incluso pérdidas, el mercado recuperó sus niveles históricos, alcanzando una rentabilidad sobre el patrimonio del 12,4%. En este contexto, conversamos con Patricio Salas, Secretario Ejecutivo de la Federación Ecuatoriana de Empresas de Seguros (FEDESEG), quien nos ofreció una visión detallada del mercado, sus avances recientes y prioridades estratégicas. ¿Cómo avanza el sector asegurador en Ecuador? El sector asegurador ecuatoriano ha demostrado resiliencia y dinamismo, incluso en un contexto económico complejo. La reactivación de la actividad económica, sobre todo desde el sector público y empresarial, ha impulsado una mayor demanda de coberturas. Además, se han abierto nuevos canales de distribución, especialmente digitales, que facilitan el acceso a los seguros. Esta combinación ha permitido llegar a más personas, incluyendo nuevos segmentos como los seguros inclusivos. A esto se suma una oferta más personalizada y enfocada en las necesidades reales del cliente. También te puede interesar: Seguros, un sector que crece y busca expandirse ¿Cómo responde el sector a los nuevos riesgos? La industria aseguradora ecuatoriana está ajustando su portafolio frente a una nueva realidad marcada por riesgos emergentes y crecientes: inseguridad ciudadana, cambio climático, digitalización acelerada y nuevas dinámicas sociales. Estos desafíos han llevado al desarrollo de productos más especializados, con coberturas adaptadas a las amenazas actuales. Seguros de vehículos, transporte de mercancías o propiedad, por ejemplo, enfrentan un contexto más complejo, lo que exige mantener el equilibrio técnico y la sostenibilidad financiera. ¿Qué retos regulatorios enfrenta la industria? Uno de los principales retos para el sector es contar con una normativa que permita innovar, modernizar productos y responder de forma ágil a las nuevas necesidades del usuario. La transformación de la oferta de seguros requiere reglas claras, eficientes y con foco en el servicio. Desde FEDESEG se impulsa también la adopción de estándares internacionales como Solvencia II, que fortalecen la gestión de riesgos y brindan mayor protección al asegurado. Además, se está promoviendo una mayor integración de principios de sostenibilidad en las operaciones del sector, alineando la industria con los nuevos desafíos globales.