Después de una sólida trayectoria y de haber desempeñado cargos importantes en países como Guyana (inglesa), El Salvador, Belice, Panamá, Argentina y en la sede de la ONU, Nueva York, hoy esta mujer ecuatoriana de 50 años de edad ocupa el cargo de Subsecretaria-General de laONU y Directora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe.<br /> <br /> La Subsecretaria estuvo en Ecuador a finales del año 2014 para festejar las fiestas decembrinas junto a su familia. Jessica nació en Quito, ciudad en donde culminó sus estudios secundarios. La universidad y maestrías las desarrolló fuera del país: una Maestría en Administración de Empresas y otra en Relaciones Internacionales, ambas en la Universidad de Columbia, y es también World Fellow por la Universidad de Yale.<br /> <br /> Jessica es una mujer humilde y de comprobada experiencia en temas de desarrollo social. Por ello, no se complica al reconocer que Naciones Unidas ha tenido momentos difíciles, pero también conmemorativos. Uno de ellos se va a evidenciar en 2015 cuando la Organización transparente los resultados de las metas planteadas en el año 2000 sobre los objetivos del Milenio para América Latina y el Caribe y establezca la nueva agenda de desarrollo para los próximos 15 años. <br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">'Hay cumplimiento, pero todavía falta'</span><br /> Reducción de pobreza, avance de educación, salud, protección del medio ambiente, reducción del sida, reducción de la mortalidad materna, avance de la mujer y generar alianzas fueron los ocho objetivos planteados hace 15 años. En cuestión a la reducción de pobreza señala que desde 2000 los países sí han mejorado. En Ecuador la pobreza extrema se ha reducido en un 22%. PNUD explica que los ciudadanos en pobreza extrema son los que reciben hasta cuatro dólares al día. Los latinoamericanos en esta situación eran 189,9 millones en 2000, el 41,7% de una población de 454,9 millones de personas. En 12 años, 56,2 millones dejaron ese grupo, de modo que el número de pobres bajó a 133,7 millones en 2012, el 25,3% de los 528,3 millones de habitantes de la región, subraya el PNUD. Faieta da su diagnóstico: se ha cumplido pero “falta por hacer”. <br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">2030: se necesitan esfuerzos conjuntos</span><br /> Faieta sabe que los países tienen planes concretos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y enfatiza que para el 2030 se tienen que cumplir estos objetivos pero la nueva agenda es más ambiciosa e incluye el cambio climático. “Sabemos que una parte importante para una agenda de desarrollo humano sostenible tiene que estar enmarcada entres enfoques: social, económico y ambiental”. La nueva agenda para 2030 es el resultado de una amplia consulta con más de cinco millones de personas de todos los sectores (privado, sociedad civil y gobierno). Son 17 objetivos, en los cuales se integran temas de gobernabilidad, Estado de Derecho, uso de los océanos, desigualdad, cambio climático. <br /> <br /> No obstante hay un tema que tiene que ser atendido con especial importancia: la participación del sector empresarial porque el desarrollo sostenible requiere de esfuerzos conjuntos y transversales. <br /> <br /> Explica que PNUD observa que en la región, los países de renta media han dependido mucho de las materias primas y no se ha invertido el suficiente valor agregado, innovación, implementación de tecnología, en el crecimiento del capital humano y en eso el sector privado tiene un enorme reto y oportunidad. Se tiene que brindar atención prioritaria a las medianas y pequeñas empresas, que son las que más empleo generan pero las que menos invierten por sus recursos. Naciones Unidas le apuesta a las cadenas productivas para vincular a los pequeños proveedores con los grandes, para contar con una base de un verdadero aprendizaje empresarial de trabajo conjunto.