Parte de: <a href="http://www.ekosnegocios.com/negocios/verArticuloContenido.aspx?idArt=1222" target="_self">Competencia: una mejoría con bases aún débiles</a><br /> <br /> Si bien el gobierno ecuatoriano a través de sus políticas públicas tiene mucho que decir en los avances en competitividad, el sector privado no puede quedarse de brazos cruzados. La tendencia mundial es que los empresarios y altos ejecutivos se involucren cada vez más en las decisiones que tienen repercusiones en su país y, sobre todo, en su sector. Ya lo decía Michael Porter en un artículo en HBR (marzo, 2012), “los empresarios deben liderar la agenda del cambio”. <br /> <br /> En este sentido cuando se analiza el caso de IKEA donde el CEO se reúne periódicamente con el Ministro de Relaciones Labores para ver la regulación existente y como mejorarla. O el caso de Gerdau en Rio Grande do Sul y como el mismo CEO de Gerdau fue capaz de armar la agenda Rio Grande 2020 para llevar al desarrollo y mejorar la competitividad de dicho Estado.<br /> <br /> Mientras se avanza en los niveles de desarrollo las actividades económicas requieren mayores niveles de innovación y de habilidades para aprovechar el potencial que tiene Ecuador, pero a su vez de un respeto claro de las reglas del juego. Es en este ámbito en donde la colaboración público privada se hace necesaria.<br /> <br /> El dialogo dejó de ser una necesidad para ser una urgencia. La tendencia mundial es a juntar ambos mundos no a separarlos, y es en este sentido que la competitividad ecuatoriana y el impacto sobre las empresas y su crecimiento depende de gran medida de que esto ocurra.<br />