En una realidad latinoamericana, donde aproximadamente 370 millones de personas no participan de actividades económicas en los países donde viven, la pobreza se constituye en uno de los principales problemas sociales: ingresos bajos o nulos y falta de acceso a servicios básicos.<br /> <br /> Aproximadamente un tercio de la población mundial vive con menos de dos dólares al día y deficiencia en servicios como salud, electricidad, agua potable y transporte, entre otros.<br /> <br /> La pobreza no sólo es la difícil situación social de muchas personas en nuestro país, también es un desafío a superar para el desarrollo sostenible porque genera consecuencias en la población, con efectos a mediano y largo plazo.<br /> <br /> Como alternativa a esta situación, que parece no tener salida, y a la vez como impulsadores del crecimiento económico, fuentes de empleo y pioneros en innovación, se encuentran las organizaciones, cuyo rol es fundamental para fomentar un futuro inclusivo y sostenible.<br /> <br /> Tradicionalmente, el rol de las empresas fue generar empleo, cumplir con sus obligaciones tributarias, pagar los beneficios legales a sus colaboradores y hacer donaciones.<br /> <br /> Hoy estas constituyen sus obligaciones mínimas, el rol social de la empresa dio un giro, hoy vemos a empresas incursionar en nuevas actividades que hasta hace algunos años fueron responsabilidad única del Estado.<br /> <br /> Una frase famosa en el mundo empresarial, sostiene que: una empresa no puede tener éxito en una sociedad que fracasa, razón por la cual existe un interés creciente de las organizaciones por fomentar la inclusión, estabilidad y el bienestar de las sociedades que las sostienen.<br /> <br /> En ese contexto, aparecen los negocios inclusivos como una oportunidad de crecimiento económico para muchas personas en situación de pobreza mediante la producción de bienes y servicios a precios cómodos, la generación de oportunidades de empleo, el acceso a capacitación y la oportunidad de incorporarse a las cadenas de valor de organizaciones más grandes.<br /> <br /> Este trabajo tiene un alto impacto económico y social mucho mayor que el generado por la filantropía y la acción social.<br /> <br /> Los negocios inclusivos conforman una nueva manera de hacer negocios, crean oportunidades de colaboración mutua y alinean los objetivos sociales, económicos y ambientales alrededor de los objetivos empresariales. <br /> <br /> Además, establecen una relación ganar-ganar entre las organizaciones y quienes conforman su cadena de valor, en muchos casos pequeños productores de las comunidades cercanas o microempresarios.<br /> <br /> Sabemos que esta iniciativa por sí sola no resuelve el problema de la pobreza porque una solución de mercado efectiva debe estar acompañada por políticas públicas que incentiven y estimulen su desarrollo, el apoyo de otros sectores sociales y también marcos institucionales y financieros adecuados que impulsen esta modalidad de negocio dentro de una economía más inclusiva.<br /> <br /> En Ecuador existen organizaciones que de manera efectiva incorporan a sus estrategias de Responsabilidad Social Corporativa modelos de negocios inclusivos en toda su cadena de valor, estas iniciativas incluyen capacitación financiera, sistemas de comercio justo e innovación en nuevas tecnologías con el objetivo que se puedan producir productos en más cantidad y de mejor calidad.<br /> <br /> Este modelo no sólo permite que una organización obtenga de su cadena de valor productos y servicios de mejor calidad, sino que permite producción en mayor cantidad lo que se refleja directamente en el desarrollo económico de la pequeña y mediana empresa.<br /> <br /> A largo plazo, colabora en el mejoramiento de la calidad de vida de las familias y por lo tanto contribuye a disminuir las consecuencias de un problema social y económico tan complejo como la pobreza.<br />