<table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%" class="entresacadoTexto"> <tbody> <tr> <td><span style="font-size: 8pt; font-weight: bold;">Por: Roque Morán Latorre - Presidente Ejecutivo IRSE - ECUADOR www.irse-ec.org<br /> </span><br /> <span style="font-weight: bold;">La noticia<br /> <span style="font-size: 8pt;">(Fuente: periódico El Mundo)</span></span><span style="font-size: 8pt;">:</span> “Diferentes organizaciones habían denunciado que la verdadera responsabilidad del accidente la tenían todas aquellas empresas occidentales, más interesadas en el ahorro de costes que en la seguridad”: “A finales de abril murieron más de 1000 personas en el derrumbe de un edificio en Bangladesh que albergaba talleres de confección. Mucha de la ropa allí creada era destinada a países como España.<br /> <br /> Las personas que trabajaban en aquella fábrica, como muchas otras que elaboran nuestra ropa, eran explotadas y trabajaban en terribles condiciones. Podemos decir que millones de personas se matan -a veces literalmente- a trabajar para que nosotros podamos estar a la última. Marcas como Primark, Mango, El Corte Inglés o Benetton tenían diferentes talleres en el edificio y pagaban a sus trabajadores precios ridículos-unos 28 euros al mes, 1 euro al día- por confeccionar ropa que llevamos a diario”.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">¿Valió la pena?</span><br /> Es legítimo que el objetivo de las empresas sea lograr riqueza y, mejor, mientras más cuantiosa resulte. Pero, ¿aquello vale una vida… acaso lo valen 1000 vidas? ¡No, por supuesto, ni siquiera una sola vida, fueron seres humanos, personas de nuestra misma naturaleza! Se perdieron irreparablemente vidas humanas, no objetos ni cosas materiales que se pueden recuperar. ¡Vidas humanas!<br /> <span style="font-size: 10pt;"> </span> </td> </tr> <tr> <td> <table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%"> <tbody> <tr> <td bgcolor="#8B0304" width="30%" class="entresacado">Millones de personas se matan -a veces literalmente al trabajar para que nosotros podamos estar a la última.<br /> </td> <td style="padding-left:10px">Sin pretender ser dramático, pero,cada persona muerta allí, con seguridad, era quien llevaba a su familia el sustento diario, aunque paupérrimo lo que recibían de sus patrones, algo que les permitía comprar algo para llevarse ala boca, una frugal comida, para sobrevivir.<br /> </td> </tr> </tbody></table> </td> </tr> <tr> <td style="padding-top:10px; padding-bottom:10px"><span style="font-weight: bold;">¿Ética y moral?</span><br /> Como dijimos, las empresas alcanzan su objetivo primordial cuando ganan, escribiendo la última línea del balance de pérdidas y ganancias con una cantidad positiva y alta; esto se logra con esfuerzo y denuedo, con habilidad administrativa y operativa; pero jamás el fin justificará los medios. Pretender bajar costos y ahorrar en aspectos que lastiman la dignidad humana, que hieren los derechos elementales de las personas, para obtener ese objetivo, es un hecho vil y rastrero, que hace que el fin no tenga nada de ética ni de moral. Dicen que el edificio en el que se efectuaban ese tipo de labores tenía paredes cuarteadas y que ese inconveniente fue dado a conocer, con oportunidad, a las personas indicadas, pero ellas no hicieron nada, permanecieron como si nada ocurriera.<br /> <br /> Seguro que nos podrían informar cuánto obtenían, de la disminución de costos, las empresas que contrataban ese tipo de servicio que, con seguridad, eran cantidades importantes; si de esas cantidades, hubieran invertido, al menos un poco, realizando a tiempo los arreglos correspondientes, ya que no querían pagarles más a esas personas, no se hubiera dado el desenlace fatal que hoy sufrimos.<br /> </td> </tr> <tr> <td> <table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%"> <tbody> <tr> <td style="padding-right:10px">Parásitos<br /> Se define como parásito a un ser que vive a expensas de otro que, sin llegar a matarlo, se alimenta de lo que a él le usurpa. En el caso de Bangladesh, al asunto es más grave pues, allí, el parásito ha matado a su “hospedador”, por tanto el concepto de parásito resulta benévolo; por otro lado, de acuerdo a los entendidos, el parasitismo puede ser considerado un caso particular de depredación. Si esto fueron capaces de perpetrar, podemos imaginarnos que cualquier cosa podrían hacer para lograr sus propósitos.<br /> </td> <td bgcolor="#8B0304" width="30%" class="entresacado" style="padding:10px">Es una pena que justos paguen por pecadores y que el término “empresario” esté depreciado.<br /> </td> </tr> </tbody></table> </td> </tr> <tr> <td style="padding-top:10px; padding-bottom:10px"><span style="font-weight: bold;">Encubridores</span><br /> Quienes compran productos de aquellas –mal llamadas- “empresas”, lastimosamente, se convierten en cómplices y/o encubridores de ese fatídico hecho; cómoda justificación el decir que “no lo sabía”, “mi me he enterado”; sin embargo, ya va quedando claro que, cuando alguien adquiere algo, debe fijarse -de manera cuidadosa- en cuán socialmente responsable es quien lo fabrica y/o expende un producto, bien o servicio, so pena de ser parte de este intríngulis de bajeza, ambición y asesinato.<br /> <br /> Es una pena que justos paguen por pecadores y que el término “empresario” se haya depreciado, debido a estas vicisitudes que manchan la reputación de tantos otros que sí se preocupan por practicar la responsabilidad social.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Gacetilla</span><br /> <img src="especiales/images/231/141.png" style="font-size: 10pt;" /></td> </tr> </tbody></table>