La proporción en arquitectura es la clave para una composición armónica. ¿Alguna vez te has preguntado por qué la arquitectura clásica es tan bella a cualquier ojo? Bueno, la respuesta es porque los griegos y los romanos fueron sumamente cuidadosos con las proporciones de todos los elementos que conformaban sus edificios. Había un equilibrio que permitió que personas expertas e inexpertas en el diseño fueran capaces de apreciar su trabajo. La composición arquitectónica requiere de mucha sensibilidad y, a pesar de que la proporción es matemáticas y mediciones, también influye la capacidad de evocar armonía. A continuación te explicamos qué es la proporción en arquitectura y cómo aplicarla a tus proyectos.También te puede interesar: Día mundial de la arquitectura: en la construcción de un futuro más equitativo ¿Qué significa la proporción en arquitectura? La proporción es la teorización en la composición. Si te preguntas qué es la composición arquitectónica, no te preocupes que nosotros te lo explicamos. Cuando hablamos de composición nos referimos a una serie de elementos que uniforman un todo, ya sea algo arquitectónico o de cualquier rama del diseño. Los elementos son: la jerarquía, el equilibrio, el ritmo, la unidad, la escala y, por supuesto, la proporción. Entonces, ¿qué es la proporción arquitectónica? La proporción en arquitectura es la relación armoniosa y matemática entre los elementos que conforman un edificio, un espacio o hasta una fachada; digamos que es el equilibrio a base de geometría, matemáticas y modulaciones. Un ejemplo perfecto para comprender mejor el concepto es la proporción que usaron los griegos en su arquitectura. Las columnas guardaban una relación sensible entre su holgura y su altura, pues el ancho de ellas era una unidad o un módulo, y se repetía “n” cantidad de veces en su sección vertical; las columnas dóricas eran ocho veces el ancho en su altura, las jónicas nueve y las corintias diez. Además las medidas del cuerpo humano también funcionaban como módulos, pues sus claros estaban dictados por el hombre: dos, tres, o más de diez veces el ancho de una persona. Por lo tanto, el efecto visual en la arquitectura griega resulta armonioso para todos, porque está modulada en un sistema que, aunque no son nuestras matemáticas actuales, si guardaba una proporción global entre sus elementos. Al final, si quieres estudiar el sentido de la proporción de un edificio, te recomendamos que encuentres el modulador, así te darás cuenta que la altura de un edificio podría ser la dimensión de una ventana repetida cierta cantidad de veces, que su simetría estaría resguardada bajo la modulación de sus columnas o que su despiece en acabados sería la unidad para el ancho de una fachada. En la arquitectura, todo es modulación y proporción. ¿Qué es la proporción del diseño? A lo largo de los años, las proporciones rigieron el quehacer de los arquitectos más apasionados en su trabajo y que más impacto han tenido para nosotros en la actualidad. Por ejemplo, desde la arquitectura romana ya había una teorización en la proporción del diseño, gracias a Marco Vitruvio. Como ya sabrás, Vitruvio es conocido por sus tratados en los que estableció los tres famosos principios de la arquitectura, pero si por casualidad no los conoces, te los contamos rápidamente. Para este arquitecto romano, las cualidades de una buena arquitectura era que debía ser funcional (utilitas), firme (firmitas) y bella (venustas), y el éxito radicaba en su proporción. Una veintena de siglos después, Le Corbusier nombraría como proporción áurea al famoso número que rige toda proporción en cualquiera de las artes: el número de oro. También conocido como número de Fibonacci o el número phi, se trata de la relación de proporción 1:1,618034 que el matemático Leonardo Pisano se dedicó a estudiar y difundir. Hoy sabemos que obras de arte, como La Monalisa y el propio Partenón de Atenas guardaban dicha proporción. Dicha proporción es más común de lo que crees, y seguramente la has visto en algún momento, pues es el famoso caracol o espiral cuya secuencia es: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, etc., mismo que incluso rige las dimensiones de las tarjetas de crédito actuales. Además de reutilizar el número de oro con la proporción áurea, Le Corbusier también incursionó en El Modulor, una escala humana con el brazo extendido hacia arriba que fue el antecesor de la antropometría y la ergonomía contemporáneas. Como puedes ver, la proporción en arquitectura es fundamental y lleva siglos siendo utilizada.También puedes leer: La Ola, el centro de innovación que destaca por su arquitectura en Sangolquí ¿Cómo se aplica el tema de la proporción en la arquitectura? Tal como lo estableció Mies Van der Rohe, la proporción puede estar sujeta a CUALQUIER módulo que quieras usar. El arquitecto se basó en la industrialización de los materiales para modular sus obras, por ejemplo, el tamaño de una hoja de vidrio templado que suele ser de 1.22 por 2.44, por lo tanto, las fachadas de su arquitectura estaban regidas bajo esa proporción, y sus dimensiones eran múltiplos de dichas medidas. Si lo que quieres es usar prefabricados para tu proyecto, entonces lo mejor es que te apegues a las dimensiones estándar como lo hizo Mies Van der Rohe. Le Corbusier, por su parte, se apoyó en la sección áurea para proporcionar todos los componentes de su arquitectura, desde sus ventanales, hasta las alturas. Es una rama más sensorial y de estudio que la anterior, pero el resultado es igual de exitoso. El secreto es apegarte a un módulo, y usar las matemáticas y la geometría para lograr una proporción perfecta. Fuente: AD Magazine