Chip Wilson es un emprendedor canadiense, aficionado del surf y del snowboard, que tras vender su primera empresa retail centrada en estos deportes, en 1998 fundó Lululemon en Vancouver. Chip tomó una clase de yoga y descubrió una necesidad en las mujeres, pues lo practicaban con ropa inadecuada para ello, de baja calidad (no tan elástica, con transparencias, etc.). A partir de ahí, nació lo que en ese momento era un estudio de diseño por el día y un salón de yoga por las noches. El emprendedor buscaba no solo crear una tienda, sino un centro de encuentro para los amantes de esta disciplina. Así, en el año 2000, llegó su primer punto de venta. Lululemon se ha especializado en la ropa técnica inspirada en el yoga, principalmente de mujer. Sin embargo, también se le considera creadora del término “Athleisure” (ropa deportiva que no se usa para el ejercicio), aunque a su fundador no le agrada esto. Hoy, Lululemon diseña y distribuye ropa técnica de ejercicio, promueve la inclusión, diversidad, equidad y acción (Plan IDEA); así como el cuidado del medio ambiente, salud física y mental. Sus ventas se dividen geográficamente en un 70,5% EE.UU., 15,3% Canadá y 14,2% el resto del mundo. Dividen sus ventas en las que se producen en las tiendas físicas, las Direct-to-Consumer mediante su web y aplicaciones, y una sección de otros. También te puede interesar: Nike o Adidas: ¿Quién es el ganador del ‘Mundial’ de camisetas deportivas? Las tiendas físicas tienen una gran relevancia para Lululemon. Además de la venta, pretenden crear una experiencia para sus clientes y formar una comunidad. Por ello, regularmente, realizan clases de yoga y otras disciplinas con un instructor profesional, que al mismo tiempo es embajador de la marca. El cierre de estas ha ocasionado que este tipo de ventas pasara de ser el 63% del total al 38%. Y por otra parte, las actividades que realizaban las han trasladado al mundo virtual. El futuro de la compañía se vislumbra brillante. Pese a estar en un mercado muy competitivo, todavía le queda un largo recorrido y su base de clientes es muy fiel. Sus ventas suponen el 10% de las de Nike, el líder del sector, sin embargo, no parece que su público potencial sea tan grande. Al final, los productos de Lululemon no son para todos los bolsillos, ni realiza un marketing para atraer a la gran masa. Fuente: Rankia