Según una definición del Banco Interamericano de Desarrollo BID, la “economía naranja” abarca <span style="font-weight: bold;">un “conjunto de actividades que, de manera encadenada, permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales”. </span>Así lo destaca el economista Marco Antonio Salas.<br /> <br /> Un informe de la Unesco señala que la cultura y los bienes o servicios directamente relacionados con la creatividad representaban hace dos años <span style="font-weight: bold;">un 3% del PIB mundial</span> y daban empleo a 29,5 millones de personas en el mundo.<br /> <br /> Además, los ingresos de las industrias culturales y creativas en el mundo representan USD 2,25 billones, más que toda la industria automovilística de Europa, Japón y Estados Unidos.<br /> <br /> En la región, el peso de la industria cultural aún no florece, pero el BID calcula que su impacto en la generación de empleos es importante y representa el 11% en México; el 7,1% en Guatemala; el 5,8% en Colombia y el 4,5% en Perú.<br /> <br /> En el BID son optimistas hacia el futuro, aunque están conscientes de que es un tema complejo y que tomará tiempo para que haya un entendimiento profundo sobre esto en Latinoamérica.<br /> <br /> Estas industrias generan, en América Latina y el Caribe, anualmente <span style="font-weight: bold;">1.9 millones de empleos e ingresos superiores a USD 175,000 millones.</span><br /> <br /> Se estima que para 2020,<span style="font-weight: bold;"> la creatividad será la tercera habilidad más demandada</span> por las empresas a la hora de seleccionar talentos.<br /> <br /> Fuente: El Tiempo