Huella del éxito: Caso ZARA

Y como todo modelo de negocio exitoso, su historia está plagada de anécdotas, como la del origen mismo de su nombre. Según algunos relatos, cuando Ortega llegó al Registro de Patentes y Marcas pidió bautizar a su negocio como “Zorba”. Pero ese nombre ya existía, así que, luego de pensarlo un momento, decidió ponerlo Zara, sin darse cuenta que era una derivación del vocablo árabe “Zahara”, que significa “flor”.

Y así Ortega se embarcó en una empresa cuyo mantra se ha repetido en sus pasillos durante cuatro décadas: “Lo que se vende es lo que gusta. Luego hay que hacer lo que gusta para que se venda..., pero sin repetir lo anterior”. Así se han creado modelos y estilos de vanguardia que gustan, y venden por millones, en los cuatro puntos cardinales en los que se encuentra. De hecho, existen en estos momentos 2.026 tiendas abiertas, desde Ecuador, hasta Sudáfrica, desde La Coruña hasta Australia. Y sumando...

La historia alrededor de Zara y de Ortega se cuenta por cada aula de estudios de negocios del mundo. Y la verdad es que no se entiende el uno sin el otro. En la actualidad, Ortega, nacido en 1936, padre de una hija –Marta, la heredera del imperio– es el tercer hombre más rico del planeta. ¿Cuál imperio? En poco más que dos décadas, la empresa matriz de Zara, Inditex, se ha convertido en el segundo mayor minorista de moda del mundo después de Gap gracias a su amplia y segmentada oferta representada en sus ocho cadenas: Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Uterqüe, Zara Home y la propia Zara, que incluye Kiddy’s Class y Lefties –tiendas que sirven para dar salida al stock sobrante–.

ZARA: ACCESIBLE Y ELEGANTE,UNA MARCA DEL GRUPO INDITEX RESPONSABLE DEL CASI EL 70 % DE LA FACTURACIÓN TOTAL. 39 AÑOS DE HISTORIA REFLEJAN SU INCIDENCIA EN LA INDUSTRIA DE LA MODA. Y todo ello sin recurrir a rostros conocidos y haciendo apenas publicidad. “Cada cliente debe tener su propia imagen de Zara, ser su juez sin la influencia de los anuncios”, asegura la marca.

Zara es la responsable de casi el 70% de la facturación total del grupo. Parte del secreto de la marca reside en su sistema de producción vertical, que facilita el control de todos los pasos del proceso. Mientras que otras empresas del sector fabrican sus prendas en mercados lejanos y en fábricas externas, Zara produce un alto porcentaje de su mercancia en plantas europeas. Esto permite que se triplique la velocidad a la que modelos vistos en pasarela pueden adquirise en tienda.

En la actualidad, Zara ofrece 18.000 diseños al año. Según los reportajes demedios como El País de España o la misma Forbes, para alcanzar el éxito, Ortega siempre ha dirigido su empresa con una prioridad muy marcada: el cliente. A él le ha dedicado una buena parte de su personal, que ha sabido ver qué era tendencia en cada momento y qué tipo de ropa iba a estar de moda. Además, las distintas firmas de la compañía cuentan con una buena relación calidad-precio, el stock se repone en cada tienda en un máximo de 3 días y se cambia en un 40% todas las semanas.

En su biografía “Así es Amancio Ortega, el hombre que creó Zara”, escrita por Covadonga O´Shea, Presidenta del ISEM Fashion Business School, se reseña lo exitoso de la carrera de este empresario, que nació en una familia humilde y que fue forjando su éxito en base a mucho trabajo y una percepción natural para encontrar nuevas propuestas en un mercado con una altísima competencia. Hacer algo diferente es lo que marcó el compás de su vida. En cada momento.

Y como todo modelo de negocio exitoso, su historia está plagada de anécdotas, como la del origen mismo de su nombre. Según algunos relatos, cuando Ortega llegó al Registro de Patentes y Marcas pidió bautizar a su negocio como “Zorba”. Pero ese nombre ya existía, así que, luego de pensarlo un momento, decidió ponerlo Zara, sin darse cuenta que era una derivación del vocablo árabe “Zahara”, que significa “flor”.

Y así Ortega se embarcó en una empresa cuyo mantra se ha repetido en sus pasillos durante cuatro décadas: “Lo que se vende es lo que gusta. Luego hay que hacer lo que gusta para que se venda..., pero sin repetir lo anterior”. Así se han creado modelos y estilos de vanguardia que gustan, y venden por millones, en los cuatro puntos cardinales en los que se encuentra. De hecho, existen en estos momentos 2.026 tiendas abiertas, desde Ecuador, hasta Sudáfrica, desde La Coruña hasta Australia. Y sumando...

La historia alrededor de Zara y de Ortega se cuenta por cada aula de estudios de negocios del mundo. Y la verdad es que no se entiende el uno sin el otro. En la actualidad, Ortega, nacido en 1936, padre de una hija –Marta, la heredera del imperio– es el tercer hombre más rico del planeta. ¿Cuál imperio?

En poco más que dos décadas, la empresa matriz de Zara, Inditex, se ha convertido en el segundo mayor minorista de moda del mundo después de Gap gracias a su amplia y segmentada oferta representada en sus ocho cadenas: Pull & Bear, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Oysho, Uterqüe, Zara Home y la propia Zara, que incluye Kiddy’s Class y Lefties –tiendas que sirven para dar salida al stock sobrante–.

En una reseña del libro, por parte de Executive Excellence, se relata que el flechazo de este célebre personaje con el sector textil se remonta a finales de los años cuarenta, cuando con apenas 12 años la vida le dio una bofetada: “Una tarde al salir de la escuela fui con mi madre a una tienda a comprar comida. Yo era el pequeño de mis hermanos y a ella le gustaba venir a recogerme para llevarme a casa, y muchas veces la acompañaba dando un paseo mientras hacía sus recados. La tienda en la que entramos era uno de aquellos ultramarinos de la época, con un mostrador alto, tan alto, que yo no veía a quien hablaba con mi madre, pero le escuché algo que, pese al tiempo transcurrido, jamás he olvidado: Señora Josefa, lo siento mucho, pero ya no le puedo fiar más dinero. Aquello me dejó destrozado. Yo tenía 12 años”. Aquel encontronazo con la cruda realidad -“el hambre agudiza el ingenio”, decía el Lazarillo de Tormes- le puso en la senda de lo que vendría después: “Esto no le volverá a pasar a mi madre nunca más. Lo vi muy claro: a partir de ese día me iba a poner a trabajar para ganar dinero y ayudar a mi casa. Abandoné los estudios, dejé los libros y me coloqué de dependiente en una camisería”. En 1963 es el año en que Ortega da un golpe de timón a su vida y se pone a trabajar por cuenta propia: “Desde que empecé a trabajar tenía una idea que me obsesionaba: ¿Por qué no puedo inventar algo diferente a todo lo que hay en el mercado?”. Y así incubó a Zara, su obra maestra.