Los avances logrados en la reducción de la pobreza han sido notables en las últimas décadas. El mundo cumplió la meta del primer objetivo de desarrollo del milenio de disminuir a la mitad, para 2015, la tasa de pobreza registrada en 1990, lográndolo en 2010, cinco años antes del plazo previsto. Sin embargo, pese a los avances en la reducción de la pobreza, la cantidad de personas que viven en condiciones de pobreza extrema en el mundo, sigue siendo inaceptablemente alta. Además, si se tienen en cuenta los pronósticos del crecimiento mundial, el ritmo de reducción de la pobreza tal vez no sea suficientemente rápido para alcanzar la meta de poner fin a la pobreza extrema en 2030. La pobreza es una violación de la dignidad humana y representa un obstáculo para la realización de todos los demás derechos. A pesar del progreso de los últimos años, el número de personas que viven en la pobreza extrema a nivel mundial, sigue siendo alto: 2.2 mil millones de personas viven con menos de dos dólares (paridad de poder adquisitivo), al día. La mitad de estas personas vive en países menos desarrollados de África subsahariana. La pobreza relativa, que considera la posición de un individuo o de un hogar en relación con los demás en la sociedad, también es un problema grave que afecta tanto a los países desarrollados como a los países en vías de desarrollo. Los efectos de la pobreza se ven agravados por otras formas de discriminación, incluidas las de las mujeres y las personas con discapacidad. La erradicación de la pobreza es fundamental para los ODS, y el logro de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), está estrechamente relacionado con el logro del ODS 1. La pobreza impide la plena participación de las personas en la sociedad y en la economía. Una sociedad libre de pobreza, es una sociedad más pacífica, estable, innovadora e igualitaria. El rol de las empresas Todas las empresas tienen la responsabilidad de prevenir y abordar las violaciones de los derechos humanos y laborales, y deben identificar y evitar las prácticas que perpetúan las trampas de pobreza. Las empresas deben respetar los derechos humanos, laborales y fundamentales: adoptar prácticas tributarias responsables; y asegurar que las operaciones de extremo a extremo no exacerben la pobreza de ninguna manera. Esto incluye proporcionar: Trabajo decente (trabajo que sea productivo y ofrezca un salario digno) Seguridad en el lugar de trabajo; protección social para las familias; mejores perspectivas para el desarrollo personal y la integración social Libertad para que las personas expresen sus preocupaciones, se organicen y participen en las decisiones que afectan sus vidas Igualdad de oportunidades y trato para todas las mujeres y hombres. Prácticas tributarias responsables El empresario también debería adoptar prácticas tributarias responsables, y evaluar si sus actividades conllevan el riesgo de contribuir a la pobreza, directa o indirectamente. Todas las empresas están vinculadas a la pobreza mundial, especialmente a través de sus cadenas de suministro, y tienen la responsabilidad de trabajar para eliminar sus impactos negativos en este ODS. La tasa impositiva en la mayoría de los países en vías de desarrollo es menos de la mitad comparada a la de los países más ricos. Los ingresos tributarios en Europa, por ejemplo, suman en promedio el 40% del PIB, mientras que en la mayoría de los países en vías de desarrollo, dicha tasa representa un 20% o incluso menos, respecto al PIB. Por ende, los impuestos deben ser la mayor fuente de ingresos de una nación porque le permiten al gobierno proveer a sus ciudadanos de los servicios esenciales. La participación del sector privado es fundamental El sector privado puede participar en la mitigación de la pobreza de muchas maneras, brindando amplias oportunidades para el liderazgo. Dado el carácter global del ODS 1, actuar en el marco de los Objetivos, como la Igualdad de Género (ODS 5), Agua Limpia y Saneamiento (ODS 6), y los impactos ambientales y la protección conforme a la ley (ODS 13, 14 y 16), puede contribuir significativamente a la erradicación de la pobreza. Para comprometerse directamente con la mitigación de la pobreza y aprovechar su posición como empleadores y productores, las empresas líderes pueden participar en la generación de empleo expandiéndose a nuevas áreas inexploradas, e invirtiendo en empresas en crecimiento, concentrándose en países menos desarrollados y en las poblaciones vulnerables. También pueden implementar programas para empoderar económicamente a los grupos desfavorecidos; y garantizar condiciones de trabajo decentes para todos los empleados en toda la empresa y la cadena de suministro, con asociaciones para desarrollar la capacidad de los proveedores a hacer lo mismo. De igual forma, las empresas pueden ser líderes mediante la creación y comercialización de bienes y servicios que se dirigen específicamente a grupos vulnerables.La clave de esto es la labor que pueden desempeñar las empresas para aliviar las condiciones económicas que conducen a la pobreza, mediante el aumento de la actividad comercial en los países menos desarrollados, de acuerdo con las necesidades de las comunidades locales, en particular garantizando que los beneficios económicos lleguen a los trabajadores locales y proveedores. El argumento comercial para tomar medidas para acabar con la pobreza es sólido. Una mayor prosperidad significa una población más saludable, más rica y más capacitada que proporcionará a las empresas, los clientes, proveedores y empleados necesarios para un crecimiento sostenible. Las consecuencias de la desigualdad Investigaciones recientes han demostrado que la desigualdad de ingresos no solo exacerba las desigualdades sociales, sino que también dificulta el crecimiento económico de un país, porque limita a las familias de bajos ingresos, a invertir en educación y, por lo tanto, reduce la productividad laboral nacional. Algunos estudios también sostienen que tiene un efecto en la disminución del consumo familiar total, ya que los ricos gastan un porcentaje de sus ingresos menor que el que realizan los pobres. A la larga, permitir que la brecha entre ricos y pobres siga aumentando, pone en riesgo la estabilidad socioeconómica y política de los países. No hay que indagar mucho para encontrar situaciones en las que la desigualdad económica ha supuesto un menoscabo en la estabilidad social, política y económica. La creciente desigualdad como fenómeno mundial, es una realidad que se da tanto en países ricos como pobres y es, sin duda, un problema que se debe enfrentar. Por ello, es importante reunir todos los esfuerzos para reducir la pobreza, apuntando a concretar un crecimiento incluyente. Ese es el siguiente gran reto para el mundo. En países como Inglaterra y Estados Unidos, se observa que un número creciente de la población se siente excluida y amenazada por la migración y la globalización. Las consecuencias son el sí al Brexit, la elección de Trump, y medidas cada vez más proteccionistas en el comercio internacional, lo que lleva, indudablemente, hacia un crecimiento económico inclusivo. Consideraciones importantes para el ODS 1: ‘Fin de la Pobreza’ Intencionalidad La intencionalidad y el liderazgo de alto nivel son alimentos clave para aportar al ODS 1. Es esencial establecer objetivos para revisar la efectividad de las estrategias de implementación dirigidas a la erradicación de la pobreza. Así mismo, se requiere el apoyo de todos los niveles de la empresa para expandir estos objetivos. Ambición Una acción ambiciosa para reducir la pobreza implica llevar el trabajo decente a las comunidades económicamente desfavorecidas, y crear oportunidades para los grupos que han sido marginados como las mujeres, las minorías étnicas y raciales, y las personas con discapacidad. Esto garantiza el empoderamiento de toda la comunidad. Consistencia Las acciones para reducir la pobreza deben ser consistentes en todas las funciones de la organización. La consistencia requiere que las empresas adopten prácticas responsables en todas las funciones, incluidas las prácticas legales y responsables del pago de impuestos. Las comunicaciones externas sobre el alivio de la pobreza deben estar alineadas con los esfuerzos internos. Responsabilidad Las medidas para reducir la pobreza implican un fuerte compromiso de las partes interesadas con los gobiernos. Compromiso para la creación de empleos decentes y estables, especialmente en los países menos desarrollados y para poblaciones vulnerables Una de las formas más efectivas de reducir la pobreza es crear empleos decentes, es decir, ofrecer a las personas una fuente de ingresos sostenibles y confiables, condiciones de trabajo decentes y apoyo para servicios básicos como la salud, la vivienda y el saneamiento. Las empresas también pueden liderar invirtiendo en compañías en crecimiento de industrias de uso intensivo de mano de de obra, una forma comprobada de ayudar a la creación. Implementación de programas para empoderar económicamente a los grupos desfavorecidos. Las empresas pueden aportar al ODS 1 mediante el empoderamiento económico de los grupos vulnerables, incluso a través del apoyo al desarrollo de habilidades y el acceso al empleo y mediante el apoyo al acceso de servicios básicos como salud, vivienda y saneamiento. Todas las empresas deberían ser empleadores con igualdad de oportunidades, prohibir la discriminación contra grupos vulnerables y adoptar políticas que respalden la inclusión para contribuir al empoderamiento económico. Las empresas líderes pueden implementar programas especiales para empoderar económicamente a las minorías étnicas y raciales, las mujeres, las personas con discapacidades, los ancianos, los miembros de la comunidad LGBTI y otros grupos vulnerables que históricamente han sido discriminados. Asegurar condiciones de trabajo decentes para todos los empleados dentro de la compañía y en la cadena de suministro. El respeto y el apoyo a los derechos humanos se encuentran en el centro de la reducción de la pobreza. Un requisito clave es que las empresas cuenten con procedimientos sólidos para identificar, prevenir, monitorear, mitigar, y si es necesario, tomar medidas correctivas contra cualquier actividad que contribuya a la pobreza en sus propias operaciones y cadena de suministro. Los Principios Rectores de la ONU y la Herramienta de Huella de Pobreza de Pacto Global, son factores claves para la realización de los procedimientos mencionados. Las principales compañías toman medidas para controlar los impactos de la pobreza en sus operaciones integrales, encuentran y comparten nuevas formas de hacerlo, e inspiran a sus compañeros y proveedores a replicar sus acciones. Crear y comercializar bienes y servicios dirigidos específicamente a los grupos vulnerables que contribuyan a mejorar su calidad de vida. Los grupos económicamente desfavorecidos a menudo tienen que pagar precios desproporcionadamente altos por bienes y servicios básicos. Por ejemplo, los préstamos para hogares de bajos ingresos a menudo se ofrecen a tasas de interés exorbitantes. En muchos casos, los bienes y servicios no son accesibles ni están diseñados para personas o comunidades de bajos ingresos. Existe un gran mercado sin explorar al cual las compañías pueden atender, que no solo tiene sentido comercialmente sino que también puede construir un liderazgo en el ODS 1 al mejorar la calidad de vida y ayudar a las comunidades más vulnerables.