Además, existen 34 sub industrias encadenadas a la leche, que abarcan la salud animal, la provisión de pasturas, transporte, educación, vacunas, entre otros. Sin embargo, Rodrigo Gallegos, Director del Centro de la Industria Láctea (CIL), explica que existe una reducción en la producción diaria de leche, ya que, basándose en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en 2019 se reportó una producción de 6,6 millones litros diarios, en 2020 pasó a 6,2 millones y actualmente se reportan 5,7 millones. Además, existe una baja productividad por vaca en el país, ya que países vecinos, como Colombia, el promedio bordea entre 12 y 15 litros de leche diarios, mientras que, en Ecuador, la cifra bordea los 6,78 litros diarios. Aun así, recalca que es un sector importante en lo económico y en lo social porque es un sector clave porque ayuda en reducción de la pobreza. “La leche es el sueldo del campo porque otorga un ingreso permanente a los pequeños productores”, sostiene. El sector afronta un serio problema de informalidad, ya que el 60% de la leche nacional se compra por canales informales. Por lo tanto, un pequeño ganadero termina vendiendo a un piquero o intermediario, quien paga entre 18 a 25 centavos dependiendo la temporada, y este termina llevando el producto a una industria no formal, que no exige estándares de calidad. Una industria comprometida con la sostenibilidad Rodrigo Gallegos destaca que las industrias formales están generando modelos de sostenibilidad, ya que primero es la responsabilidad del sector con el ambiente, por lo que, en el caso de la industria láctea, se están generando modelos de ganadería sostenible. “Actualmente estamos trabajando de la mano con Ministerio de Agricultura y Ganadería, el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, con la FAO y el Centro de Agricultura Tropical de Colombia para desarrollar modelos de los cuales se pueda certificar plantas de producción, cadenas productivas y haciendas en carbono cero y carbono neutro”, detalla. Pérdidas generadas por el paro Según cifras del CIL, la leche cruda que no se ha podido recoger durante el paro nacional de junio de 2022 bordea los 16´967.000 litros, lo que impacta directamente a más de 270 mil ganaderos en todo el país e implica una pérdida de más de USD 26,9 millones para todos los integrantes de la cadena láctea formal, desde el productor hasta el distribuidor.