El actual Código Orgánico de Organización Territorial (Cootad) fija ya un impuesto a la plusvalía de hasta el 10%, que se cobra a la diferencia entre el avalúo municipal del bien y su valor comercial. Este se paga en el momento de vender el bien y aplica para todos los predios urbanos, incluidos terrenos.<br /> <br /> En Quito, el 92% de los predios es urbano y el resto, rural. Así lo asgeura un artículo de El Comercio. En el caso de inmuebles, el Ejecutivo proponía un impuesto a la ganancia ‘extra’ para la segunda venta. La primera seguirá pagando el 10%. Pero para terrenos urbanos baldíos la iniciativa planteaba un tiempo de transición de cinco años para no pagar la tasa del 75% cuando se trate de la primera venta. Después de ese plazo deberán cancelar el 75% de las ganancias extras, que para el Gobierno son ilegítimas. Antes del retiro de este proyecto, el titular de la Comisión de Gobiernos Autónomos de la Asamblea, Richard Calderón, explicó que la iniciativa oficial buscaba frenar la especulación de los terrenos.<br /> <br /> Solo en Quito dijo que habían 86 000 terrenos sin construir, que estaban “engordando”. Otro argumento era que, según un estudio oficial, USD 600 millones de plusvalor fue a manos privadas el 2014 en nueve municipios, mientras la recaudación por plusvalía de todos los municipios sumó USD 40 millones.<br /> <br /> Aunque se eleva el pago por plusvalía al 75%, el proyecto del Gobierno establece que el cobro se realizará después de reconocer al propietario una ganancia ordinaria. Para eso se considera la tasa de interés que paga un banco y, además, un monto exento de 24 salarios (USD 8 496).<br /> <br /> Desde que se anunció el proyecto, Patricio Álvarez, Gerente de la Constructora Álvarez Bravo, cuenta que no ha recibido visitas de clientes interesados en sus cuatro proyectos inmobiliarios en Quito. El constructor no cree que la iniciativa genera incertidumbre, sobre todo en inversionistas.<br /> <br /> “El proyecto solo permite a un inversionista ganar el interés que le paga el banco, la gente va a preferir tener su dinero en el banco que comprar una vivienda”, dice Bravo, que ha dejado en ‘stand by’ tres proyectos nuevos de vivienda que pensaba iniciar este año. Además, dice que el proyecto no considera el riesgo que corre una persona al adquirir una vivienda ni los costos de los hipotecarios ni la inflación del sector de la construcción.<br /> <br /> <br /> <span style="color: #222222; font-size: 8pt; font-style: italic;">Artículo originalmente publicado por: El Comercio</span><br />