<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:9.5pt;font-family:rotissansserifstd-light;mso-bidi-font-family:rotissansserifstd-light"><span style="font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; ">Es evidente que los procesos de selección no pueden ser perfectos y tendremos problemas de calidad pero es indispensable tomar los correctivos necesarios para provocar el cambio cultural del colaborador o prescindir de ese colaborador.</span><o:p /></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:9.5pt;font-family:rotissansserifstd-light;mso-bidi-font-family:rotissansserifstd-light"><span style="font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; ">En los casos que tenemos colaboradores con las competencias adecuadas es responsabilidad del colaborador usar esas competencias en su gestión diaria. Dentro del ADN para ser un colaborador ideal podemos destacar lo siguiente: alineación estratégica, foco en las prioridades, autoevaluación permanente, inteligencia emocional, energía en lo que se hace y sentido del bien mayor. Este ADN debe ser definido dentro de la cultura empresarial y ser ejecutado de forma ejemplar por los líderes para poder lograr una cultura homogénea y cohesionada.</span><o:p /></span></p> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: right; "><span style="font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; ">Por Mauricio Morillo W. / Presidente Great Place to Work® Institute Ecuado</span>r</p><br /> <p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0.0001pt; text-align: justify; "><span style="font-size:9.5pt;font-family:rotissansserifstd-light;mso-bidi-font-family:rotissansserifstd-light"><br /> </span></p>