Los resultados revelan un escenario con señales de recuperación y estabilidad, pero también con desafíos estructurales que están redefiniendo el panorama de la industria de bienes de consumo masivo (FMCG). A nivel global, se proyecta que la economía crecerá un 2,8% en 2025 y 3,0% en 2026; mientras que, Latinoamérica lo hará a un ritmo cercano al 2%. La inflación mundial mantiene una tendencia descendente –del 5,7% en 2024 a 4,3% en 2025–, con salarios reales que empiezan a repuntar, lo que impulsa una mayor confianza de los consumidores en diferentes mercados. En Ecuador, la situación macroeconómica refleja mayor estabilidad. El PIB crecerá un 2,0% en 2025, con una inflación controlada entre 1,5% y 2%. El Riesgo País alcanzó su nivel más bajo desde 2023 y el Índice de Confianza del Consumidor se ubica en su punto más alto en tres años, lo que abre espacio para mayor consumo e inversión privada. Sin embargo, la coyuntura sigue marcada por factores críticos: el incremento del IVA, una ola de inseguridad que ha llevado a que 9 de cada 10 tenderos en Guayaquil atiendan tras rejas (frente a 6 de cada 10 en 2023), y los apagones que afectaron fuertemente los últimos meses de 2024. Para este año se prevé una reducción de los cortes eléctricos, lo que daría un respiro a la actividad comercial y mejores perspectivas de consumo. El comportamiento del consumo masivo confirma esta dualidad. Aunque el gasto aún cae (-4,5 puntos porcentuales en lo que va del año frente a 2024), la contracción empieza a moderarse. En paralelo, el gasto promedio en tiendas de barrio aumentó en 2024 un 8% hasta USD 1,14 por transacción, lo que evidencia que los hogares ecuatorianos, pese a las dificultades, muestran mayor disposición de compra. No obstante, el canal tradicional continúa en retracción: solo en los últimos meses se han perdido más de 5.000 puntos de venta a nivel nacional. También te puede interesar: Cervecería Nacional: 138 años impulsando la innovación y el liderazgo en la industria ecuatoriana Frente a este panorama, NIQ identifica cuatro pilares estratégicos que marcarán la agenda del sector en 2025. El primero es la presencia en el punto de venta, ya que el 42% del crecimiento proviene de una mayor distribución, mientras que el 45% de las pérdidas se concentra en su ausencia. El segundo corresponde a la gestión del portafolio por canal: los supermercados manejan cerca de 3.000 referencias, los discounters más de 500 y el canal tradicional alrededor de 400. En los tres canales, aproximadamente el 20% de los ítems concentran más del 50% de las ventas, lo que evidencia la relevancia de administrar un portafolio estratégico. El tercer pilar es el precio adecuado, con fuertes contrastes: en el canal tradicional el precio promedio es de 0,79 dólares; mientras que, en supermercados asciende a 4,58 dólares. Finalmente, la colaboración con los tenderos resulta vital, ya que un tendero puede recibir ofertas de hasta 14 proveedores por categoría, con descuentos que llegan a 16% sobre el precio de venta. “El mercado ecuatoriano muestra claros signos de recuperación, pero también enfrenta transformaciones profundas en la forma en que los consumidores compran y en cómo los fabricantes deben llegar al punto de venta. Diferenciar precio, portafolio y distribución por canal, reforzando la relación con el tendero, será decisivo para capitalizar las oportunidades que se abren en este nuevo escenario”, destacó Aldrin Flores, Industry Insights Manager en NielsenIQ.