<span style="font-weight: bold;">¿Cuál fue el balance, la situación y el desempeño del sistema financiero en 2016?</span><br /> Fue un año complicado. La situación venía muy delicada desde el 2015 pues los depósitos habían caído en aproximadamente USD 3.200 millones, -12,5% interanual. Esto se dio por la menor liquidez que tenía la economía ecuatoriana y los pagos atrasados del Gobierno. 2016 representó un periodo que exigía cuidar la liquidez, reducir inversiones y evitar que la calidad de los activos se deterioren. Esta situación se mantuvo durante la primera mitad del año. En el segundo semestre la liquidez se estabilizó y la banca decidió ampliar su colocación, pero se encontró con un mercado en recesión de la mano de una reducida demanda de créditos. Pero, gracias a las acciones emprendidas, al final del año se logró cumplir el 99% de la meta de colocación planteada.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">¿Qué medidas se han implementado para mejorar el acceso a servicios financieros por parte de la población?</span><br /> Durante el periodo de recesión económica, los bancos han sido estratégicos en sus nuevas inversiones. Lo que se ha privilegiado es la ampliación de servicios en productos que ya existían, como las tarjetas de crédito y débito, cuyo uso creció de forma importante durante 2016. También se han reforzado y expandido los corresponsales no bancarios. A pesar de las complicaciones propias del entorno, los bancos y la Asociación de Bancos hemos iniciado un proceso de enfoque en la innovación al igual que la oferta de nuevos productos con los emprendedores fintech. <br /> <br /> Varias instituciones se encuentran en la actualidad en estado de transición hacia la banca digital para mejorar las transacciones en línea y ganar rapidez en el acceso a servicios bancarios. Un ejemplo de esto es Asobanca, la primera entidad de su tipo en América Latina que cuenta con un departamento de Innovación y Competitividad.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">¿Cuáles son los desafíos que avizora para 2017?</span><br /> Seguirá siendo un año delicado. Los seis primeros meses tendremos un desempeño de poco dinamismo, ligado a las elecciones presidenciales y a una posible transición en la política pública en materia económica y financiera. Los depósitos no crecerán tanto como en los últimos tres meses del 2016 pues ya no se podrá inyectar la misma cantidad de liquidez desde el sector público. Por el lado de las colocaciones, estimamos que tendremos un desempeño lento.<br /> <br /> El segundo semestre debería ser diferente. El desempeño ya dependerá del nuevo Gobierno, las políticas que se adopten y las expectativas positivas que logren impartir. Tenemos como expectativa evidenciar una recuperación económica real, que el crédito fluya de mejor manera y se reactiven las inversiones. <br /> Esperamos que se sienta un ciclo virtuoso de crecimiento acompañado por y desde la banca. Por otra parte, el sector inicia el año con buenos indicadores de solvencia y liquidez, lo cual permite que sea un puntal de tranquilidad y estabilidad en medio de un entorno incierto en lo político y económico virtuoso.<br />