En 2015 ya se han realizado dos de estas fiestas, <span style="font-weight: bold;">convocando a más de 400 personas en distintos locales de la ciudad de Nueva York</span>, en Estados Unidos. La última fue en “Meatpacking District, donde mientras los camiones hacen las labores de carga y descarga, centenares de jóvenes bajaban a un sótano donde desafían las convenciones del buen despertar.<br /> <br /> <br /> "Estábamos un poco frustrados con la noche neoyorquina tradicional y por eso decidimos crear una noche diferente", señaló Brimer. Así nació la idea de "Daybreaker", como un proyecto artístico o un experimento sociológico de dos personas que, como los demás, también tienen sus trabajos cuando se acaba la fiesta.<br /> <br /> <br /> Este experimento, que hasta el momento se lleva a cabo cada dos semanas en Nueva York, está ganando popularidad. Esperan replicarlo en otras ciudades como San Francisco, Atlanta, Londres, Tokio, Río de Janeiro, Ciudad del Cabo y Bombay, según publicó EFE.<br /> <br /> <br /> Aunque coincida en el horario de la fiesta, no es un "after hours”, y tampoco es tan tranquilo como el “after office”. A diferencia de otras propuestas similares, es una fiesta auténtica que, según los asistentes, no se riñe con el rendimiento profesional.<br /> <br /> <br /> "Hoy vamos a ser mucho más productivas", dijo Carrie, una joven ejecutiva de una inmobiliaria, que junto a su amiga Emily, experta financiera, consideran esta propuesta como "una idea brillante". Se enteraron de estas fiestas en la red social Instagram.<br /> <br /> <br /> Para los deportistas, el día puede empezar con una sesión de yoga en el mismo lugar, a las 6 a.m., antes de la fiesta. <span style="font-weight: bold;"> La entrada cuesta USD 25 (USD 40 si incluye la clase de yoga)</span>, según señala la revista P&M, y a las 7 a.m. el lugar comienza a llenarse. En la barra se ofrecen bebidas ricas en vitaminas, tés, cafés y barritas de cereales, pues lo saludable es uno de los puntos claves de la propuesta. <br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Sin alcohol, los asistentes, de entre 25 y 35 años, bailan y descargan energía antes de comenzar un día ajetreado de trabajo.</span> "Realmente me encanta la fiesta. Son las 7.30 y es como si estuviéramos en plena noche", señaló Amit, un joven que disfrutó de la pista de baile en el Daybreaker, antes de entrar a su puesto de trabajo en las Naciones Unidas.<br /> <br /> A las 9 de la mañana, las luces se encienden y la música se apaga. Se acabó la fiesta y empieza el día. <br /> <br /> <br /> <span style="font-style: italic;">Fuente: P&M / EFE</span><br />