<span style="color: #000000;">El ejemplo del inicio se trata del mítico y excepcional liderazgo de Jack Welch, CEO de General Electric por veinte años (1981-2001), período en que la acción de la empresa creció 4.000% (sí, 4.000%), siendo al momento de su retiro la empresa más valiosa del mundo.<br /> <br /> Al momento de su retiro y por los servicios prestados y el increíble crecimiento y logros obtenidos, Jack Welch obtuvo un “bonus” de USD 417 millones. ¿Una exageración? Por todo lo que Jack Welch contribuyó para la empresa y la impronta que dejó. El retiro de Welch de General Electric generó más temores en los externos de la empresa que en la organización misma. General Electric continuó siendo una empresa de vanguardia y con un gerenciamiento excepcional que fue y es copiado a nivel global por muchas empresas y tomado como modelo.<br /> <br /> Simplemente, la impronta de Welch fue, justamente, generar camadas enormes de eficientes líderes que algún día lo sucederían sin resentir la estructura de la empresa. ¿Un estadista o un líder influyente? Tiendo a pensar que las dos cosas. A la fecha, existen muchísimos CEO de empresas a nivel mundial que se formaron al lado de Welch, aprendiendo de sus métodos.<br /> No existe un buen liderazgo si esa persona no se ocupa, principalmente, de preparar el futuro de la empresa sin él. Un líder influyente es aquel que busca, todo el tiempo, las mejores personas dentro o fuera de la organización para que en el futuro continúen con su legado, o incluso lo mejoren. Esa es la parte clave para ser un gran líder.<br /> <br /> Es por ello que un eficiente “reemplazo” de un líder influyente tiene, necesariamente, que iniciarse a partir del actual conductor/dirigente. Es éste líder, el de hoy, quien debe preparar el futuro de la organización, capacitar a los futuros dirigentes para así no solo mantener a la organización indemne de su ausencia, sino que incluso para mantener su propia impronta en el futuro de la organización. Las claves para un eficiente ejercicio del liderazgo son:</span><br /> <br /> <ul> <li><span style="color: #000000;"> Mostrar al resto de la organización hacía dónde uno va, cuál es su sueño y a dónde quiere estar la organización en el futuro (es la “misión y visión” de la empresa).</span></li> <li><span style="color: #000000;">Inspirar a las personas y seleccionar a los mejores. Esto es una parte fundamental en el trabajo de un alto dirigente de cualquier organización.</span></li> <li><span style="color: #000000;">Innovar. Buscar constantemente los mejores métodos, tanto dentro de la organización como fuera de ella, para mejorar el status quo y llevar a la organización a niveles superiores de los que hoy se encuentra. </span></li></ul> <div><font color="#000000">Fuente: </font><a href="http://www.eleconomista.com.ar/" style="color: #363636; transition: color 0.2s linear; -webkit-transition: color 0.2s linear; text-decoration: none; -webkit-transform: translatez(0px); font-family: arial, helvetica, sans-serif; font-size: 14px; line-height: 22.3999996185303px; text-align: justify;">El Economista</a></div>