<table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%" class="entresacadoTexto"> <tbody> <tr> <td><span style="font-weight: bold;">Prédica, opiniones y publicidad</span> <br /> De manera insistente se han venido difundiendo resultados de encuestas, locales e internacionales, acerca de la Responsabilidad Social, tratadas con empresarios y gente de cúpula organizacional; allí vemos afirmaciones que entusiasman, como el conocimiento que dicen tener acerca del tema y de la importancia que le conceden para lograr la excelencia en sus organizaciones.<br /> <br /> Otro asunto tranquilizador es la convicción que expresan de que la RS imprime ventajas competitivas para sus negocios; están claros acerca de muchos aspectos, como la indispensable relación armónica con sus grupos de interés, el cuidado ambiental, la rendición de cuentas, la transparencia, el trato justo en sus gestiones comerciales y otros tantos que denotan sus positivos puntos de vista hacia la RS.<br /> <br /> Por otro lado vemos, con cierta frecuencia, pomposas publicidades que difunden algunas instituciones -privadas y públicasdonde se auto califican como “eficientes” y “empresas socialmente responsables”, exhibiendo, lamentablemente, nada más que su acción social, las ayudas comunitarias que brindan, ensalzando su vocación humanitaria, sus buenas prácticas ambientales y otras acciones que les parece importante compartir con la sociedad.<br /> <br /> </td> </tr> <tr> <td> <table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%"> <tbody> <tr> <td bgcolor="#8B0304" width="30%" class="entresacado"><span style="color: #ffffff;">Ojalá las normas y guías serias de Responsabilidad Social tomen preponderancia empresarial.</span><br /> </td> <td style="padding-left:10px">Todo eso está bien, es plausible y encomiable, pero eso no es Responsabilidad Social, son sustanciales aportes a la RS, pero no significan que están “haciendo” RS. Esto desenfoca, ocasiona desconcierto, además de causar impactos negativos en la desafiante tarea de difundir el verdadero concepto y alcance de la RS. Esto es volver al pasado, tomar un rumbo erróneo -quizás muy cómodo- que nos ilusionábamos en que ya se había resuelto, de que la RS no es filantropía, maquillaje de imagen, caridad, limosna mal entendida y otros confundidores utensilios.<br /> </td> </tr> </tbody></table> </td> </tr> <tr> <td style="padding-top:10px; padding-bottom:10px"><span style="font-weight: bold;">Los últimos tiempos en RS<br /> </span> Los pasados 12 años, en contraste con lo dicho, han sido marcados por logros, a través de acertadas iniciativas mundiales, en el encauzamiento certero de la Responsabilidad Social, en especial, durante los últimos cinco.<br /> <br /> Pensamos que hoy y en el futuro inmediato ya no habrá mucho que “inventar” en RS, porque ya todo está prácticamente formalizado. Quizás, como en toda actividad humana, se irán procurando perfeccionamientos y ajustes, frente a cada tiempo, en respuesta a las dinámicas económicas, sociales y ambientales.<br /> <br /> </td> </tr> <tr> <td> <table cellpadding="0" cellspacing="0" width="100%"> <tbody> <tr> <td style="padding-right:10px">No cabe duda que el advenimiento de guías, normas y otro tipo de esfuerzos, por parte de organismos respetados a nivel mundial, han ido tomando preponderancia, sin entretenerse más, como nos habían acostumbrado, en sólo la prédica y las buenas acciones.<br /> <br /> La tan mencionada ISO, con su Norma Internacional 26000 RS, el GRI, con su guía para reportar,FORÉTICA, con su certificable Norma de Ética y Responsabilidad Social SGE 21, creemos que -acertadamente- “han marcado la cancha” y los lineamientos claros del qué, cómo hacer y cómo informar sobre la RS de manera objetiva, clara y metodológica.<br /> </td> <td bgcolor="#8B0304" width="30%" class="entresacado" style="padding:10px"><span style="color: #ffffff;">Hoy, por suerte, los clientes internos y externos exigen acciones reales de RS a las empresas.</span><br /> </td> </tr> </tbody></table> </td> </tr> <tr> <td style="padding-top:10px; padding-bottom:10px"><span style="font-weight: bold;">Un diálogo que comparto</span> <br /> Nos convidaron a una reunión en una exitosa empresa local, para que les orientemos acerca de cómo implementar de manera técnica la RS pues, sin embargo de que habían asistido a varias conferencias y participado en seminarios, se sentían aún inseguros y un tanto desconcertados de qué mismo hacer en esta temática.<br /> <br /> Los anfitriones eran gerentes de cúpula, bien preparados y experimentados, responsables de las áreas de Talento Humano (antes RRHH) y del Sistema de Gestión Integral (Calidad, Ambiente, Salud y Seguridad en el Trabajo). Ellos han venido trabajando eficazmente en sus áreas respectivas, cumpliendo bien los requisitos demandados, en su mayor parte, por sus más exigentes clientes en el exterior, a lo que han respondido con sendas certificaciones, que las exhiben con sano orgullo.<br /> <br /> Ahora tienen un importante cliente que les exige claros cumplimientos en RS para que puedan ser calificados como proveedores idóneos. Esta es una noticia que entusiasma: saber que hay empresas que diseminan la RS hacia sus grupos de interés.<br /> <br /> A la vez que esos gerentes mostraron su real interés de implementar un sistema de gestión ética y de Responsabilidad Social, expresaron su preocupación de que la autoridad máxima de la organización les “encargó” sacar el tema adelante, sin comprometer su involucramiento; asunto que, por un lado, les motiva porque van a lograr, al fin, la RS en su empresa pero, por otro, expresaron su desazón porque saben que será un tema de mero cumplimiento y no de un afianzamiento cultural.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Del dicho al hecho</span><br /> No es desconocimiento ni tampoco falta de interés en la RS, como lo denotan los resultados de las encuestas de las que hablamos antes; es ausencia de profundización y convencimiento, es, quizás, darse cuenta de que practicar la RS trasciende hacia un compromiso público y abierto, es empeñarse en enderezar el rumbo que ahora exige la competitividad y, por qué no, la sobrevivencia de las organizaciones; es pasar, ya era hora, del dicho al hecho y dejarse de vestir solo con apariencias.</td> </tr> </tbody></table>