<span style="font-size: 8pt; font-weight: bold;">Por: Martin Wolf</span><br /> <br /> El pendiente ‘divorcio’ plantea un enorme desafío para el Reino Unido. Pero también presenta retos para la UE. Para prosperar, y quizá incluso para sobrevivir, tiene que cambiar. La salida del Reino Unido representa una amenaza, pero quizá también una oportunidad. <br /> <br /> En primer lugar, el Reino Unido es un vecino, un mercado, un centro financiero, un socio en asuntos de seguridad y un enlace con el resto del mundo. Lo mejor para la UE es lograr una relación mutuamente satisfactoria, sin importar cuán exasperante sea el Reino Unido. Esto aboga por la posición pragmática tomada por Alain Juppé, el favorito en la carrera por la nominación presidencial centroderechista francesa. Él incluso sugiere que las restricciones a la libre circulación de personas debieran ser negociables. Si así fuera, eso seguramente hubiera obviado el "Brexit" Es natural que este último grupo intente socavar el atractivo de lo que el primero ha hecho castigando al Reino Unido. Yo lo comprendo. Sin embargo, la pregunta que debe hacerse es si la mejor manera de preservar la UE es convertirla en una prisión, en vez de en un deseable lugar de refugio. Lo anterior no es un argumento para obtener indulgencia. Pero es un argumento en contra del deseo de venganza. <br /> <br /> <span style="font-style: italic;">En segundo lugar, el "Brexit" sienta un precedente. El primer país en salirse de la UE se convierte, inevitablemente, en un ejemplo para aquellos que desean hacer lo mismo y en una advertencia para aquellos que se oponen.</span><br /> <br /> Una de las razones por las que tantas personas en el Reino Unido querían salirse es que ya no se considera que la UE está cumpliendo con estas promesas. Ésa no ha sido sólo una dificultad en el Reino Unido. Es una dificultad en todo el bloque. <br /> <br /> Por lo tanto, el principal reto para la UE es hacer que funcione en beneficio de la gran mayoría de sus ciudadanos. Tal y como lo argumenta Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo: "El fantasma de una ruptura está acosando a Europa y una visión de una federación no me parece que sea la mejor respuesta ante esta situación". Ésta es una declaración sensata. El fracaso de la UE no se encuentra en sus estructuras políticas, sino en sus políticas.<br /> <br /> La UE debe asegurar su legitimidad a través de logros prácticos en lugar de a través de una mayor erosión de la autonomía nacional.El principal ejemplo de un fallo reciente se encuentra dentro de la eurozona. Eso no tiene nada que ver con el Reino Unido. La triste verdad es que, lejos de haber lanzado un período de prosperidad, el euro ha producido un largo período de estancamiento y enormes divergencias en los niveles de vida.<br /> <br /> <span style="font-style: italic;">Entre los primeros trimestres de 2008 y 2016, el Producto Interno Bruto (PIB) real agregado de la eurozona aumentó sólo un 0.5 %, mientras que la demanda real agregada cayó un 2.4 por ciento. </span><br /> <br /> Esto es suficientemente desalentador. Lo que es peor aún es que, entre 2007 y 2016, el PIB real percápita se prevé que aumente un 11 por ciento en Alemania, que se estanque en Francia y que caiga un 8 por ciento y un 11 por ciento en España e Italia, respectivamente. Estos deplorables resultados no son accidentales. Son el producto de un diagnóstico equivocado de la crisis como un asunto principalmente fiscal, de asimétrico ajuste macroeconómico, y de una oscurantista oposición al estímulo fiscal, incluso en una época de tasas de interés reales negativas en los préstamos a largo plazo.<br /> <br /> A Alemania le ha ido bien. A sus principales socios no. Esta divergencia genera una gran amenaza. Y no existe plan eficaz alguno para acabar con ella. Es improbable que la UE gane la legitimidad que proviene de la rendición de cuentas democrática: es demasiado grande y diversa para eso. La mejor ruta hacia la legitimidad consiste, más bien, en gestionar los problemas prácticos que enfrenta. Lidiar con la migración es un reto práctico extremadamente importante y difícil. Pero hacer prosperar a la eurozona es indispensable. El "Brexit" es una inconveniencia. La prioridad es un plan práctico para un crecimiento económico ampliamente compartido.<br />