Sobre el tema se han realizado algunos estudios académicos. Uno de ellos, el de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) en el que se analiza que el seguro agrícola se ha desarrollado en los países del primer mundo desde hace más de 70 años, en la mayoría de los casos con una fuerte intervención gubernamental como es el caso de los Estados Unidos de América, Canadá, países de la Unión Europea, entre otros. En Latinoamérica, con ciertas excepciones como el caso de Argentina en seguros contra granizo, aunque este es un tema relativamente nuevo. En Ecuador hubo un intento poco sostenible en la década de los 80, el caso del Consejo Nacional de Seguro Agropecuario, el cual terminó debido a problemas operativos. No obstante, sí han existido propuestas de las aseguradoras privadas.<br /> <br /> Expertos en temas de agro negocios resaltan la importancia de contar con un mercado de seguro agrícola por varias razones: no solo permite la continuidad de la producción agrícola sino que les da a los agricultores mayor capacidad para asumir riesgos (uso de mejores tecnologías agrícolas) y mayor acceso a fuentes crediticias. Sin embargo, este ha sido un mercado prácticamente inexistente en el país debido a problemas tanto por el lado de la oferta como por el lado de la demanda. Por el lado de la demanda, la falta de cultura y la complejidad del seguro agrícola convencional (cobertura de riesgos específicos, limitado número de días para un aviso de siniestro, entre otros aspectos), así como también el relativamente alto precio del seguro han constituido los problemas principales.<br /> <br /> En este contexto y tomando en cuenta las necesidades de todos los segmentos de la población, desde el año 2013 Seguros Sucre mantiene una alternativa para este nicho de mercado; una propuesta que se ha consolidado debido a la demanda de pólizas: en 2013 fueron 2.018 pólizas emitidas; en 2014 se emitieron 70.931; y hasta junio de 2015 se registraron 90.451 pólizas.<br /> <br /> <img src="especiales/images/261/31.png" /><br />