Lo que no podemos dejar de lado, es que de camino a la digitalización, las personas y la cultura seguirán siendo el diferenciador clave y no la tecnología. Por lo tanto, el enfoque debería estar mucho más en las personas y mucho menos en la tecnología. Mucho más en modelos de negocios innovadores y disruptivos, y mucho menos en implementar tecnología nueva. Mucho más en escuchar al cliente y en poner atención hacia potenciales cambios y mucho menos en modelos y formas tradicionales de trabajar y colaborar. Esto nos pone en un punto donde una buena salud organizacional cobra un papel demasiado relevante. El compromiso será clave y los nuevos líderes serán de otro perfil: integradores, facilitadores, innovadores y personas que velen por una nueva cultura. Hay gente que le tiene cierto recelo a la transformación digital con respecto al tema humano, pero en realidad, la transformación digital será, en su mayoría, una transformación hacia culturas organizacionales más humanas y habrá la necesidad de un buen bienestar organizacional que vaya de la mano de un mejor desempeño para que los logros sean sostenibles. Hablemos de un ejemplo sencillo que tiene casi tres décadas en el mercado. Un sistema de CRM (Customer Relationship Management), que marcó un avance y una evolución en sistemas que nos permiten interactuar y colaborar de mejor manera con los clientes. Podemos retomar una conversación y en segundos conocer, por medio del sistema, las necesidades y características más relevantes del cliente. Pero al final, nada de esto garantiza un contacto exitoso con el cliente, mucho menos un servicio excepcional. De forma análoga, en las últimas décadas hemos escuchado mucho del término “Customer Experience” pero menos sobre “Employee Experience”. Podríamos también, en teoría, tener sistemas avanzados como un CRM interno para nuestros colaboradores, pero al final, lo esencial y lo más sencillo, cobra fuerza a la hora de una tener una conversación sincera y profunda en la que se demuestra verdadero interés y curiosidad por esa persona y sus necesidades. Lo humano, la mayoría de las veces nos lleva a lo más esencial y sencillo. En Alemania tenía un jefe que tenía el CRM más sencillo y esencial del mundo (desde mi punto de vista por lo menos). En una hoja A4, apuntaba lo más esencial de cada uno de sus colaboradores directos: fortalezas, debilidades, prioridades, camino de desarrollo, preocupaciones, sueños, experiencias que deseábamos tener, hasta nuestros hobbies. Y él, con esa hoja llegaba a darnos la mejor de las experiencias posibles como nuestro líder. La innovación y la digitalización deberían siempre converger en lo humano. De lo contrario, las transformaciones serán un fracaso si la cultura no sigue a la estrategia, pero, sobre todo, nos alejaríamos más de nuestra esencia. Y nuestra esencia, aunque requerirá de adaptaciones y nuevos conocimientos, seguirá siendo humana. Por: @GaboUP365, Socio Director de adbanz - People & Performance y creador www.up-365.com.