Si las ventas proyectadas de teléfonos inteligentes en América Latina sirven como instantánea de la situación actual, la firma de investigación <span style="font-weight: bold;">Gartner prevé que del total de nuevas unidades que se despachen en la región en 2015, 39% funcionen sobre redes 2G, 37% sobre redes 3G y 24% sobre redes 4G, frente a 50%, 36% y 14% del año pasado.</span><br /> <br /> Es un rápido cambio de tendencias, pero aun así las redes 2G dominan el mercado latinoamericano, con una participación de 52%, frente a 44% de las redes 3G, según cifras de Ovum, una firma de investigación del sector de comunicaciones y medios.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">Las nuevas redes 4G, que incluyen las llamadas LTE, apenas cubren 4% de los suscriptores inalámbricos en la región</span>, a pesar de un crecimiento explosivo de 488% entre 2013 y 2014, cuando 4G Americas —una agrupación a la que pertenecen proveedores de servicios de telecomunicaciones como Cisco, <a href="http://quotes.wsj.com/NOK" target="_blank"><span style="color: windowtext;">Nokia</span></a>, <a href="http://lat.wsj.com/public/quotes/main.html? target=" _blank"=""><span style="color: windowtext;">América Móvil</span></a> y Telefónica, entre otras— contabilizó 12 millones de conexiones LTE.<br /> <br /> En comparación, 2G es apenas 5,5% del mercado EE.UU. y Canadá, mientras 3G representa 54% y 4G 40%.<br /> <br /> Esto no quiere decir necesariamente que la región esté rezagada ante el avance de las telecomunicaciones, según expertos y operadores, sino que refleja una transición natural que también se experimenta en otras partes del mundo.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">“Todo es cuestión de perspectivas. Si comparamos el desarrollo de redes LTE o 4G en América Latina y el Caribe con el de tecnologías como GSM y UMTS nos damos cuenta que su adopción ha sido más rápida en la región”</span>, dice José F. Otero, Director para América Latina y el Caribe de 4G Americas.<br /> <br /> En los cálculos 4G Americas, las redes de quinta generación serían una realidad hacia 2020 en los países desarrollados. En la actualidad el líder en LTE, que se considera el predecesor del 5G, es Estados Unidos y Canadá, en términos de cuota de mercado, penetración y cubrimiento. <br /> <br /> Teniendo en cuenta la reducción progresiva de los periodos de adopción de nuevas tecnologías en América Latina, Otero señala que<span style="font-weight: bold;"> “es de esperar que (la tecnología) 5G llegue a la región a más tardar 24 meses después del primer lanzamiento global”.</span><br /> <br /> Una posibilidad es que los operadores decidan saltarse una tecnología intermedia e ir directamente a las redes de quinta generación. Por ahora, el enfoque está en el despliegue de redes 4G, marcado por una restricción en la disponibilidad de las bandas.<br /> <br /> “Los gobiernos tienen que abrir licitaciones para las bandas, poner a disposición el espectro y este proceso ha sido lento”, dice Fabio Medina, Cicepresidente y Gerente General para América Latina de <a href="http://quotes.wsj.com/CIEN" target="_blank"><span style="color: windowtext;">Ciena</span></a>, una empresa de equipos de telecomunicaciones que tiene en la región clientes como Telefónica y Telmex.<br /> <br /> Entre los mercados donde los operadores han solicitado aceleración en la adjudicación de espectro para poder lanzar redes LTE se pueden mencionar Argentina, Chile, Ecuador, Panamá y Venezuela, entre otros.<br /> <br /> <span style="font-weight: bold;">La tecnología 5G aún no tiene parámetros definidos, pero se espera que permita el despliegue de la llamada Internet de las cosas</span>, lo que se contempla como la comunicación constante de los objetos que usamos a diario, como los autos, los cepillos de dientes y hasta la ropa que vestimos.<br /> <br /> “Hoy tienes el teléfono y una tableta, para cuando 5G se vuelva una realidad, seguramente vas a tener los relojes, las gafas inteligentes, los autos, los wearables(informática de vestir)”, agrega Medina. “La densidad de elementos en la red va a ser mucho más alta y el consumo de potencia va a tener que ser una décima parte de lo que hoy es 4G, de lo contrario, va a ser imposible de manejarla”.<br /> <br /> Medina también señala un moderado nivel de inversión entre los jugadores del sector. “No solamente de las mismas empresas de equipos inalámbricos, sino de operadores de telefonía y de servicios de cable, que tienen que hacer inversiones muy grandes para asegurarse de que todos los datos que el usuario está manejando en su teléfono sean llevados por la red a una velocidad aceptable”, señala.<br /> <br /> <br /> <span style="color: #222222; font-size: 8pt;">Artículo originalmente publicado por: The Wall Street Journal</span><br />