<span style="font-weight: bold; font-size: 8pt;">Por: Carla Ron, Master en Dirección de Empresas, graduada en el Instituto deEmpresa Madrid - España. Ingeniera Comercial, Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Profesora Escuela de Empresas USFQ</span><br /> <br /> Normalmente la gerencia y los accionistas tienen una percepción diferente sobre la marcha de la empresa; los conceptos de riesgo y rentabilidad esperada no se manejan en el día a día de las empresas, normalmente la gestión suele medirse en el corto plazo, basada en el crecimiento y la acumulación de utilidades en un periodo. Sin embargo, para el accionista ese horizonte temporal puede ser muy distinto, al accionista el largo plazo le parece más interesante.<br /> <br /> Se ha preguntado usted cuánto beneficio es el adecuado, el suficiente. No es lo mismo ganar 1 si hemos entregado 10, que ganar 1 si hemos entregado 100, la idea parece muy obvia pero es compleja. En mis clases suelo preguntar a mis alumnos si saben cuál es la rentabilidad que los accionistas esperan, me sorprende que normalmente no obtengo una respuesta clara. Estimado Lector, lo que si debe tener claro es que nadie le paga a un gerente para que obtenga lo mismo que un accionista podría obtener por su cuenta y riesgo y sin su ayuda. <br /> <br /> Esto nos lleva a pensar que siempre hay un mínimo de rentabilidad requerida, es decir que hay un rendimiento sobre el capital que todos podemos alcanzar sin mayor esfuerzo y en ausencia de riesgo.<br /> <br /> En un entorno competitivo, los factores externos o internos que afectan las decisiones exigen que la gestión se encare con la suficiente visión y antelación, ahí está precisamente el meollo del asunto. El valor que se le añade a las empresas radica en la capacidad que la gerencia tiene de hacer rendir sus activos por encima de los que cuestan sus recursos.<br /> <br /> ¿Cuánto más? Pues eso ya es la primera aproximación al riesgo, en principio diría que lo suficiente para que el accionista crea que merece la pena arriesgar sus recursos en ese y no en otro negocio, es decir dado que los recursos son limitados y en principio de libre movilidad, no hay razón para pensar que el accionista esta eternamente condenado a no recibir lo que espera, esa idea es muy clara cuando pensamos enlas empresas que cotizan en bolsa.<br /> Los mercados de valores les permiten a los accionistas vender sus acciones cuando sospechan o saben que no alcanzaran el rendimiento que esperan.<br /> <br /> Pero, ¿cómo afecta la gestión gerencial al valor en términos económicos? Pensemos por un momento en la cadena de valor de nuestros negocios y seguramente notaremos que es posible agregarle valor a la empresa financieramente hablando a lo largo de todas las actividades de la cadena incluso de las de soporte.<br /> <br /> Normalmente estamos en el mercado para vender algún bien o servicio, sea que lo compremos terminado o que lo transformemos para venderlo después, sabemos intuitivamente que hay actividades que crean valor y otras que lo destruyen.<br /> <br /> Todas aquellas que procuran flujos de caja mayores como la gestión que se haga con el proveedor en términos de precios y plazos de entrega, la forma como encaramos al cliente con los plazos de financiamiento y los precios de venta; la política de descuentos, la velocidad con que rotan los inventarios por la gestión comercial ó por la eficiencia de la fábrica en sus líneas de producción son factores que hacen que nuestro accionista esté más cerca de obtener lo que espera.<br /> <br /> En la otra cara de esta moneda están aquellas actividades que destruyen el valor y que disminuyen la capacidad de la empresa de generar utilidades que se conviertan rápidamente en efectivo.<br /> <br /> Hay factores externos que afectan el valor de las empresas, factores económicos, leyes específicas, cambios en la situación política o económica de los países donde operan, protecciones aduaneras o impositivas que afectan los precios etc. Todos estos factores que crean incertidumbre se traducen en una mayor percepción de riesgo.<br /> <br /> Quiero comentarles la forma cómo los factores externos afectan a la creación del valor de las empresas con un ejemplo concreto, Sudáfrica, un país que hoy porhoy es parte del BRICS, acaba de sufrir una devaluación de su moneda, el Rand, del 10%. En menos de dos semanas los tenedores de los bonos sudafricanos aumentaron su percepción de riesgo y vendieron sus posiciones, tratando de pasarlas a dólares, esto debido al complejo ambiente laboral en el país Daimler Chrysler tuvo su primera huelga en 20 años con un impacto muy fuerte en los inversores. <br /> <br /> ¿Qué hacer frente a un situación como esta? Un buen equipo gerencial debe tomar las decisiones necesarias que permitan que los accionistas obtengan los réditos esperados y que compensen los shocks externos. Las empresas necesitan un sólido y bien ejecutado modelo de negocios para potencializar la creación de valor, uno que le permita no solo acumular utilidades sino transformarlas en efectivo, y transformar ese efectivo en activos que den rendimientos adecuados, es decir generar permanentemente escenarios que permitan reinvertirlo generando valor para aquellos nos han confiado la gestión de sus recursos, los no siempre recordados Accionistas.