En la segunda opción pueden haber dos alternativas: renuncia porque la empresa no cubre sus expectativas de empleador o porque no desea continuar trabajando para su “líder” directo. En el primer caso la renuncia es definitivamente a la empresa como un todo y en el segundo caso no es un tema relacionado con la propuesta de empleador sino más bien un tema específico y concreto con su jefe. Que renuncien por el jefe es algo que vemos con frecuencia y estos casos deben ser tomados muy en cuenta por la gerencia ya que le causan un daño a la organización. Un líder en una empresa es como los padres de familia en un hogar. Depende de la calidad del líder el futuro que puede tener un colaborador. En estos casos el problema puede ser el estilo de liderazgo basado en el autoritarismo, la imposición y la falta de diálogo. Es necesario entonces apoyar el desarrollo de capacidades de liderazgo en los jefes, con el objeto de lograr que orienten, motiven, desarrollen y guíen en la gestión a sus colaboradores. Por Mauricio Morillo W. /Presidente Great Place to Work® Institute Ecuador Institute Ecuador