En algún momento se temió que la torre de Pisa estuviera al borde del colapso, ya que la inclinación que la convirtió en un monumento tan popular, amenazaba su propia existencia. Pero este año, en la celebración del 850 aniversario del monumento, sus guardianes le dieron el visto bueno y aseguraron que la torre no desaparecería de las fotos turísticas. A principios de la década de 1990, la torre, pieza central de un sitio declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, alcanzó una inclinación de 4,5 grados y los temores por su estabilidad llevaron a un esfuerzo internacional para evitar que se derrumbara. Ahora, los expertos dicen que su futuro es “prometedor”, con vigilancia por satélite y terrestre, que actualmente rastrea hasta el más mínimo cambio en su posición. Un monumento con problemas desde su origen: La primera piedra de la torre de Pisa se colocó el 9 de agosto de 1173 y los problemas de estabilidad de la torre comenzaron pronto. La construcción se interrumpió a la altura del tercer nivel abierto de columnas debido a un hundimiento y no se reanudó hasta 1275, cuando se añadieron otros tres niveles. En un intento por enderezar la torre, los tres pisos superiores se curvaron en dirección opuesta a la inclinación. La torre se completó a mediados del siglo XIV, cuando se añadió el campanario. A finales del siglo XX, cuando la inclinación empeoró, se retiró tierra de debajo de los cimientos de su lado norte a través de una serie de perforaciones. La torre se endereza Las teorías sugieren que la torre de 57 metros, que ha sido un misterio para los expertos durante cientos de años, comenzó a hundirse después de su construcción, que comenzó en 1173. La causa se debió a un fallo de diseño que hizo que tuviera una cimentación de sólo tres metros de profundidad y se asentara en un subsuelo débil e inestable. Los ingenieros comenzaron a trabajar para estabilizar y rescatar la torre desde 1990 y las grabaciones muestran que ahora se inclina menos que antes. El profesor de ingeniería, Nunziante Squeglia de la Universidad de Pisa, explica que la torre tiende a deformarse y reducir su inclinación en verano, cuando hace calor, porque esta se inclina hacia el sur, por lo que a este lado se calienta y la piedra se expande. Y al expandirse, la torre se endereza.“Es un edificio que ha sido estudiado extensamente durante más de 100 años, pero aún quedan muchas cosas por saber”, concluyó el profesor. Fuente: Daily Mail y CNN