<span id="docs-internal-guid-57395354-677c-a3d0-86a1-afb14d31da49"> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El voto por el Brexit y la elección de Donald Trump mostraron la insatisfacción de la población de los países desarrollados frente a la globalización. Con o sin razón, ellos reprochan el estancamiento de los ingresos, el aumento del desempleo y la creciente inseguridad.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Los ciudadanos de los países en desarrollo expresan sentimientos similares desde hace mucho más tiempo. Si la globalización trajo diversas mejoras a esas naciones, muchas personas le reprochan el haberlo hecho en base a la aplicación de una economía neoliberal, particularmente en cuanto a los procesos de liberalización y privatizaciones; así como las políticas macroeconómicas que privilegian la lucha contra la inflación fomentando empleo y crecimiento. Es momento entonces de revisar el conocimiento económico común.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">La agencia sueca de cooperación internacional para el desarrollo invitó a 13 economistas de todo el mundo (entre los que se incluyen los autores de este artículo) a colaborar con este ejercicio. </span><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; font-weight: bold; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Se concluyó que el simple hecho de mantener el equilibrio fiscal y controlar la inflación mientras se deja que el mercado se ocupe del reto, no genera un crecimiento sostenido e inclusivo de manera automática.</span><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> En esta línea, se identifican ocho grandes principios que deberían orientar las políticas de desarrollo.</span></p> <h2 dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:18pt;margin-bottom:6pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El crecimiento es un medio, no un fin</span></h2> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En primer lugar, el crecimiento de PIB debe considerarse como un medio, no un fin. Si el crecimiento importa es porque provee los recursos necesarios para el bienestar humano, empleo, consumo duradero, vivienda, salud, educación y seguridad.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En segundo lugar, la política económica debe enfocarse en el desarrollo inclusivo. Antes que esperar que la ola de desarrollo beneficio a todos, los tomadores de decisiones deben asegurarse que no quede ningún grupo a su suerte. Ellos deben tomar medidas enfocadas a combatir el desempleo y el acceso inadecuado a los servicios de salud y educación, que son los que causan la mayor cantidad de problemas a las personas más necesitadas.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En tercer lugar, la resistencia del ambiente no es una opción. A nivel nacional, tener crecimiento económico sin tener en consideración al ambiente no es algo sostenible. Es imperativo atenuar el cambio climático y que las políticas adoptadas no sean solamente complementos.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El cuarto principio es el de la necesidad de un equilibrio entre el mercado, el Estado y la comunidad. Los mercados requieren una normativa para la asignación eficiente de los recursos sin que causen tantos daños como la crisis financiera del 2008 o el incremento de la desigualdad. Las instituciones de la sociedad civil son vitales para que el Estado funcione de manera eficiente y equitativa.</span></p> <h2 dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:18pt;margin-bottom:6pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Mejorar la redistribución</span></h2> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El quinto punto se refiere al fetichismo que se ha dado frente al equilibrio fiscal. Hay que considerar que los saldos fiscal y comercial son desafíos a considerarse en el mediano plazo, de manera que los estímulos fiscales fortalezcan una economía poco dinámica y sienten las bases para un crecimiento a largo plazo. Lo esencial es asegurarse que esta deuda pública y las presiones inflacionarias sean bien manejadas durante estos periodos.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">En sexto lugar, los avances tecnológicos recientes han desplazado a la mano de obra y aumentado la participación del capital, lo que por consiguiente llevó a un incremento de la desigualdad. Lo que es fundamentalmente un problema « mano de obra contra capital » ha sido descrito en diversas ocasiones como « mano de obra contra mano de obra », en el que los países en desarrollo tomarían los empleos de los países desarrollados, contribuyendo así al proteccionismo. Es más bien necesario mejorar la redistribución y la igualdad de los ingresos, sobre todo reforzando el poder de negociación de los trabajadores.</span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"> </span></p> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">El séptimo punto plantea que las normas sociales y los valores inciden en el desempeño de la economía. Una economía funciona mejor cuando existe confianza. Las normas sociales pueden ayudar a luchar contra la corrupción e incentivar prácticas de equidad. La sociedad civil y los gobiernos deben llevar estos valores.</span></p> <h2 dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:18pt;margin-bottom:6pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Viejas formas de pensamiento económico</span></h2> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: helvetica neue; color: #000000; background-color: transparent; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Por último, la comunidad internacional juega un papel muy importante. Las fuerzas mundiales y políticas nacionales de unos inciden sobre las opciones políticas de otros. Solamente las instituciones internacionales pueden gestionar las externalidades creadas por estas políticas. Para asegurarse que éstas lo hagan de una manera justa y eficaz, la voz de los países en desarrollo debe ser amplificada. Las viejas formas de pensamiento económico, que generaron tantas dificultades económicas deben desaparecer. Las experiencias pasadas y los progresos en el pensamiento económico brindan una mina de información sobre lo que sirve y lo que no. Este conocimiento debe estar en el centro de un nuevo enfoque de desarrollo requerido por el mundo.</span></p><br /> <p dir="ltr" style="line-height:1.38;margin-top:0pt;margin-bottom:0pt;"><span style="font-size: 11pt; font-family: arial; color: #000000; background-color: transparent; font-style: italic; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;">Fuente: Le Monde (Francia)</span></p> <div><span style="font-size: 11pt; font-family: arial; color: #000000; background-color: transparent; font-style: italic; vertical-align: baseline; white-space: pre-wrap;"><br /> </span></div></span>