Según el informe, tres de cuatro encuestados coinciden en que las compañías pueden tomar acciones para aumentar su rentabilidad y mejorar las condiciones sociales y económicas de las comunidades donde opera. Esta es la misma premisa sobre la cual se basa la participación de las empresas en la agenda mundial de desarrollo. La nueva hoja de ruta para el mundo en materia de sostenibilidad está definida por los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sus 169 metas y 230 indicadores, y busca generar equilibrio económico, social y ambiental. Por el carácter universal y democrático de esta agenda de desarrollo todos los sectores de la sociedad están invitados a participar y priorizar los ODS según las necesidades, los retos, las fortalezas y oportunidades de cada país y región. Teniendo en cuenta lo anterior vale la pena preguntarse cómo va América Latina en el primer año de implementación de esta agenda. Para dar respuesta a esta interrogante, primero se debe hacer un balance sobre los avances de la región frente a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), pues de esta manera habrá mayor claridad sobre los desafíos y oportunidades que trae la nueva agenda de desarrollo para Latinoamérica. Este valioso ejercicio fue realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y gracias a documentos como el informe regional de monitoreo de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), se sabe que hubo progreso en los ODM que hacen referencia a la pobreza, acceso a educación, reducción del hambre y reducción de la mortalidad materna e infantil. Las siguientes cifras permiten ilustrar este punto: la mortalidad infantil se redujo en un 65%, el 96% de los hogares tiene acceso a agua potable; el acceso a educación primaria se encuentra alrededor del 98% y se redujo la subalimentación en un 5,5%. Ahora bien, reconociendo que esos ODM se transformaron en algunos objetivos de la Agenda 2030 se puede afirmar que ya hay un terreno abonado para cumplir con el ODS 3, salud y bienestar; el ODS 6, agua limpia y saneamiento; el ODS 1, fin de la pobreza; el ODS 4, educación de calidad; y el ODS 2, hambre cero. Lo anterior también implica que todavía se deben tomar medidas para empezar a trabajar o fortalecer temáticas que no se encontraban explícitas en la agenda de desarrollo previo o donde no se alcanzaron las metas establecidas, entre éstas se encuentran aquellas asociadas a género (ODS 5), energía asequible y no contaminante (ODS 7), trabajo decente (ODS 8), reducción de las desigualdades (ODS 10) y cuidado del medio ambiente (ODS 12, ODS 13, ODS 14 y ODS 15). Otro reto a considerar son los desafíos estructurales que se deben tener en cuenta al momento de formular los planes de acción y estrategias de trabajo alrededor del desarrollo sostenible. Como ha mencionado la CEPAL, América Latina está en una coyuntura económica poco favorable. Se debe señalar que terminó el súper ciclo de precios para las materias primas, lo cual resulta negativo para región en tanto el 42% de las exportaciones depende de este tipo productos. Además, la desaceleración del crecimiento económico chino, uno de los mayores compradores de commodities, se convierte en una amenaza externa. En segundo lugar la región es poco competitiva por la falta de inversión en investigación y desarrollo. Ejemplo de esto es que mientras países como China y Estados Unidos tienen más del 20% en la participación mundial de patentes, América Latina sólo llega al 2% y, a excepción de Brasil, en la región se invierte menos del 0,5% del PIB en innovación. Ante esta situación y reconociendo que las empresas son las dinamizadoras económicas por excelencia, es claro que ellas tienen un rol central para cumplir con los 17 objetivos de la Agenda 2030 y pueden ayudar a afrontar las condiciones económicas negativas que están afectando a la región. Es por esto que desde UN Global Compact y las 13 redes locales que hay en Latinoamérica se está trabajando en la difusión y en la preparación de herramientas que ayuden al sector privado a navegar esta nueva hoja de ruta. Asimismo, Pacto Global puede reunir a diferentes actores de la sociedad y generar espacios de diálogo para avanzar en las estrategias nacionales y regionales a fin de implementar exitosamente los objetivos de desarrollo sostenible. Será a través del fortalecimiento de este tipo de espacios locales, nacionales y regionales donde se generen las alianzas necesarias para impulsar el desarrollo sostenible. Más Información: La Red Mundial de Bancos de Alimentos – GFN Un becario de Plan, ganador del I Premio del Concurso Ecuatoriano de Robótica 2017